Casandra, con una sonrisa traviesa, se prepara para continuar con su reto. A medida que avanza, la tensión en el aire se siente palpable, especialmente cuando se trata de Vegeta.
Casandra: (mirando a Vegeta) Bueno, ya he besado a todos los demás... ¿qué tal si ahora es tu turno?
Vegeta: (frunciendo el ceño) ¿Qué te hace pensar que quiero que me beses, mujer?
Casandra: (burlona) Oh, vamos, no seas tan serio. Solo es un beso en la mejilla. No te va a hacer daño.
Vegeta: (cruzando los brazos) No necesito tu compasión, ni tus besos.
Los demás personajes, incluidos Gokú y Gohan, comienzan a reírse de la situación.
Gokú: ¡Vamos, Vegeta! Solo es un beso. No te va a convertir en un sapo.
Gohan: (tratando de contener la risa) Sí, Vegeta, no es para tanto.
Casandra: (con una sonrisa desafiante) ¿Vas a dejar que todos se rían de ti?
Vegeta, sintiéndose presionado, da un paso adelante, pero su orgullo no le permite aceptar el reto tan fácilmente.
Vegeta: (con desdén) No necesito tu aprobación.
Casandra: (con una mueca) Está bien, si no quieres, no hay problema. Pero no digas que no te lo ofrecí.
Vegeta: (enojado) ¡No me importa!
Los demás siguen riendo, y Casandra decide cambiar de táctica.
Casandra: (con una sonrisa pícara) Bueno, si no quieres que te bese, tal vez deberías demostrar que no eres un sapo.
Vegeta, furioso, se da la vuelta, pero no puede evitar que una pequeña sonrisa se asome en su rostro.
Vegeta: (murmurando) No soy un sapo...
Casandra: (riendo) ¡Eso es lo que dicen todos los sapos!
Finalmente, Casandra se aleja, dejando a Vegeta con una mezcla de frustración y diversión, mientras los demás continúan riendo y disfrutando del momento. La tensión se disipa, y todos se dan cuenta de que, a pesar de las diferencias, hay un lazo de camaradería entre ellos.