Murder Sans se topa con Bombón.
Murder Sans: Oye escuincla, te perdiste? Porque yo no soy niñero para cuidarte y decir donde están tus padres.
Bombón: No soy una escuincla! Soy alguien que lucha contra el mal.
Murder Sans: Sí, eso ya lo sé mocosa, y yo no voy a permitir que una escuincla que se cree heroína intervenga en mis planes.
Bombón: ¿Planes? ¿Qué planes? ¿Acaso estás tramando algo malo? No puedo dejar que eso suceda.
Murder Sans: No te importa lo que planeo, enana. Lo único que tienes que saber es que no tienes nada que hacer aquí. Este lugar no es para niñitas como tú.
Bombón: ¡No soy una niñita! Y si estás haciendo algo malo, tengo que detenerte. No puedo quedarme de brazos cruzados.
Murder Sans: (riendo) ¿De verdad crees que puedes detenerme? Eres solo una chiquilla con sueños de grandeza.
Bombón: Tal vez sea pequeña, pero tengo el corazón de una verdadera heroína. ¡No me subestimes!
Murder Sans: (sarcástico) Oh, qué valiente. Pero la valentía no te salvará de lo que tengo planeado.
Bombón: ¡No me importa! Estoy aquí para proteger a los inocentes, y no dejaré que te salgas con la tuya.
Murder Sans: (con una sonrisa maliciosa) Muy bien, entonces. Si quieres jugar a ser heroína, prepárate para perder.
Bombón: ¡No voy a perder! ¡Voy a demostrarte que el bien siempre triunfa sobre el mal!
Murder Sans: (desafiando) Entonces ven, escuincla. Vamos a ver de qué estás hecha.