Ber se topa con Miss Heed.
Miss Heed: A que se debe tu presencia aquí Ber?
Ber presiona un botón y es una cámara grabando. Ber cruza los brazos y dice: Vamos, di todo lo que quieras de mí, ahora seré yo él que te exponga y todo lo que en verdad haces.
Miss Heed, sorprendida por la repentina confrontación, intenta mantener la calma.
Miss Heed: ¿Qué estás haciendo, Ber? No tienes idea de lo que estás diciendo.
Ber: Oh, creo que sí. He estado observando tus movimientos, tus decisiones. La gente merece saber la verdad sobre ti.
Miss Heed: ¿Y qué es lo que crees que saben? ¿Qué has descubierto?
Ber: He visto cómo manipulas a los demás para que hagan lo que tú quieres. No eres la persona que aparentas ser.
Miss Heed: Eso es una acusación muy grave. ¿Tienes pruebas?
Ber: (sonríe) Pruebas, sí. Pero no solo eso. Tengo testimonios, grabaciones, todo lo que necesitas para ver quién eres realmente.
Miss Heed: (frunce el ceño) No puedes hacer esto. No puedes simplemente amenazarme con exponerme sin consecuencias.
Ber: Consecuencias, ¿dices? Tal vez deberías haber pensado en eso antes de jugar con la vida de los demás.
Miss Heed: (con voz firme) No te dejaré salir con esto. Tienes que entender que hay cosas más grandes en juego.
Ber: (desafiante) Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Vas a intentar silenciarme? Porque eso solo hará que la gente se pregunte aún más.
Miss Heed: (suspira) No quiero que esto termine mal para ti, Ber. Pero si sigues por este camino, no tendré más remedio que defenderme.
Ber: (con una sonrisa desafiante) Entonces, que comience el juego. Estoy listo para la verdad.