William Afton al ver que Terry no se rinde ante su propuesta navideña, con una sonrisa siniestra dice.
William Afton: Sabes? Creo que tienes razón... Vamos a celebrar la navidad, PERO... Con una condición, yo tengo límites, te recomiendo que sigas ese consejo.
Terry, con una mezcla de curiosidad y desconfianza, frunce el ceño ante la advertencia de Afton. La atmósfera se vuelve tensa, y el aire parece cargarse de una energía inquietante.
Terry: ¿Y cuál es esa condición, William? No me gusta la forma en que lo dices.
William Afton: (acercándose un poco más, su sonrisa se vuelve más amplia) La condición es simple: esta celebración debe ser... única. Quiero que cada uno de los que se unan a nosotros traiga un regalo especial. Algo que represente sus miedos más profundos.
Terry: (retrocediendo un paso) ¿Miedos? Eso suena más a una trampa que a una celebración.
William Afton: (riendo suavemente) Oh, Terry, no seas tan dramático. La Navidad es un momento para compartir, ¿no? Y qué mejor manera de compartir que enfrentando lo que nos aterra.
Terry: (mirando a su alrededor, sintiendo que la situación se vuelve más peligrosa) No estoy seguro de que esto sea lo que tenía en mente cuando pensé en celebrar la Navidad.
William Afton: (con un brillo en los ojos) Ah, pero eso es lo hermoso de la vida, amigo mío. A veces, las mejores celebraciones surgen de los momentos más oscuros. Así que, ¿qué dices? ¿Te atreves a jugar?
Terry, sintiendo la presión de la situación, se da cuenta de que no tiene muchas opciones. Con un suspiro resignado, asiente lentamente.
Terry: Está bien, William. Acepto tu desafío. Pero no te equivoques, no me rendiré tan fácilmente.
William Afton: (con una sonrisa satisfecha) Eso es lo que me gusta oír. ¡Que comience la celebración!