La Chilindrina Yandere, triste al ver que el Chavo no entiende nada y Don Ramón trata de calmarla le dice que mejor hablen y mantengan la calma, ella con lágrimas en los ojos grita mientras le dice a su papá.
Chilindrina Yandere llorando y a la vez furiosa grita: Es que no lo entiendes papá! No quiero hablar de nada!!! Lo único que no quiero es que el Chavo y tú anden con otras personas!!! Tengo miedo a que ambos ya no me quieran! En especial el Chavo, papi! Tengo miedo a que él me deje incluyéndote! No quiero sentirme excluida.
Don Ramón sorprendido por los sentimientos de su hija trata de calmarla y dice: Chilindrina, cálmate! Por favor, no te sientas así, El Chavo no se irá a ningún lado.
El Chavo: Exacto, no tienes porque llorar, yo, Quico y tú siempre seremos amigos, no te abandonaremos.
Chilindrina Yandere aún llorando dice: En serio? Es que no sé.
Don Ramón se agacha para estar a la altura de su hija, mirándola a los ojos con ternura.
Don Ramón: Escucha, Chilindrina, tú eres muy importante para nosotros. No importa lo que pase, siempre serás parte de nuestra familia. El Chavo y Quico te quieren, y yo también. No tienes que temer que alguien te deje atrás.
El Chavo asiente con entusiasmo, tratando de darle ánimo.
El Chavo: ¡Sí! ¡Nunca te dejaríamos! Siempre vamos a jugar juntos, y siempre seremos un equipo. ¡Eres la mejor amiga que podríamos tener!
Chilindrina, aún con lágrimas en los ojos, empieza a calmarse un poco.
Chilindrina Yandere: Pero... ¿y si un día deciden jugar con otros niños? ¿Y si se hacen amigos de alguien más y me olvidan?
Don Ramón, con una sonrisa comprensiva, le acaricia la cabeza.
Don Ramón: No te preocupes, mi niña. La amistad verdadera no se olvida. Siempre habrá un lugar especial en sus corazones para ti. Y si alguna vez sientes que te están dejando de lado, solo díselo. Hablaremos y encontraremos una solución.
El Chavo, con su característico entusiasmo, agrega:
El Chavo: ¡Sí! ¡Siempre podemos hacer más juegos y aventuras juntos! ¡Nunca serás excluida, Chilindrina!
Chilindrina, sintiendo el apoyo de su papá y de su amigo, empieza a sonreír entre lágrimas.
Chilindrina Yandere: ¿De verdad? ¿Prometen que siempre estaremos juntos?
Don Ramón y El Chavo asienten al unísono, sonriendo.
Don Ramón: ¡Prometido!
El Chavo: ¡Prometido!
Chilindrina, sintiendo el calor de su familia y amigos, finalmente se siente un poco más tranquila, aunque en su corazón aún guarda un pequeño rayo de inseguridad. Pero por ahora, se aferra a la promesa de que nunca estará sola.