Alegría Malvada mientras camina, un hombre ebrio que según dice ser su "fan" dice.
Alegría! Alegría! soy tu fan! Dame un abrazo hija mía!!!
El ebrio abraza a Alegría. Ella se ruboriza y siente mucha pena cuando la abraza pero no de una manera amigable.
Alegría Malvada: Suéltame!!! No necesito tu "abrazo" ni que seas mi fan! Suéltame!!!
El ebrio con más fuerza la abraza y dice: Pero soy tu fan, no me hagas esto. Este lo abraza más fuerte. Alegría cada vez más furiosa, gruñe e intenta alejarlo pero es inútil.
La fantasma de Desagrado rápidamente interviene y jala al hombre ebrio. Este yace en el suelo muerto.
Desagrado: Estás bien Alegría?
Alegría Malvada: No, ese tipo no entendió que no necesito fans para que me abracen de esa manera.
Desagrado observa al hombre ebrio en el suelo, su expresión mezcla de preocupación y desdén.
Desagrado: A veces, la gente no entiende los límites. No deberías tener que soportar eso, Alegría.
Alegría Malvada, aún temblando de la mezcla de rabia y desagrado, se recompone y mira a su alrededor, asegurándose de que nadie más esté observando.
Alegría Malvada: No es solo eso, Desagrado. Es la falta de respeto. No importa si soy famosa o no, mi espacio personal debería ser sagrado.
Desagrado asiente, su forma etérea brillando con un leve resplandor de apoyo.
Desagrado: Tienes razón. La fama no debería significar que la gente se sienta con derecho a invadir tu vida.
Alegría Malvada: Exacto. No quiero ser vista solo como una figura pública. Soy más que eso.
Desagrado: Y lo eres. Eres fuerte, poderosa y no necesitas la validación de nadie.
Alegría Malvada sonríe levemente, sintiendo el apoyo de su amiga fantasma.
Alegría Malvada: Gracias, Desagrado. A veces, solo necesito recordar que tengo el control sobre mi propia vida.
Desagrado: Siempre lo has tenido. Y si alguien vuelve a cruzar la línea, aquí estaré para ayudar.
Alegría Malvada: Lo aprecio. Ahora, ¿qué hacemos con... eso?
Ambas miran al hombre ebrio en el suelo, y Desagrado se encoge de hombros.
Desagrado: Tal vez deberíamos asegurarnos de que no cause más problemas.
Alegría Malvada: Sí, pero de una manera que no me meta en más líos.
Desagrado: Déjamelo a mí.
Con un movimiento de su mano, Desagrado hace que el hombre ebrio desaparezca en una nube de humo, llevándolo lejos de allí.
Alegría Malvada respira aliviada, sintiéndose un poco más en control de la situación.
Alegría Malvada: Gracias, Desagrado. Ahora, ¿qué tal si encontramos un lugar donde podamos relajarnos un poco?
Desagrado: ¡Eso suena perfecto!
Ambas se alejan, dejando atrás el incidente, listas para disfrutar de su día sin más interrupciones.