Peach Yandere observa a lo lejos Mario junto a Luigi reparando tuberías como típicos fontaneros y su trabajo.
Peach con una sonrisa malévola dice: Ahora que lo pensé bien... Porque rechacé a Mario? Mario, tu corazón me pertenece a mí... De nadie más... Su sonrisa se ensancha mientras Mario y Luigi siguen reparando las tuberías.
Peach se oculta tras un árbol, sus ojos brillan con una mezcla de deseo y locura. Observa cómo Mario y Luigi trabajan en armonía, riendo y bromeando mientras arreglan las tuberías. La imagen de Mario, con su gorra roja y su overol azul, la hace sentir un torbellino de emociones.
"¿Por qué lo rechacé?", murmura para sí misma, su voz suave pero cargada de veneno. "Él es el héroe de todos, pero yo soy la princesa. ¡Debería ser yo quien lo elija a él, no al revés!"
Con cada pensamiento, su sonrisa se vuelve más siniestra. "Si no puedo tenerlo, nadie más podrá. No permitiré que esa estúpida princesa de otro reino se interponga en mi camino. Mario es mío, y haré lo que sea necesario para que lo entienda."
Peach comienza a trazar un plan en su mente, imaginando cómo podría separarlo de Luigi y de cualquier otra distracción. "Quizás un pequeño accidente... algo que lo haga depender de mí. Después de todo, siempre he sido la que lo ha salvado en los momentos difíciles."
Mientras sus pensamientos se oscurecen, su risa se convierte en un susurro. "Mario, pronto te darás cuenta de que tu verdadero amor siempre ha estado aquí, observándote desde las sombras. Y cuando lo hagas, será demasiado tarde para todos los demás."
Con esa idea en mente, Peach se aleja, dejando atrás la escena de los dos fontaneros, su corazón latiendo con fuerza por la emoción de lo que está por venir.