La llorona suspira al ver que Terry no para de insistir con su propuesta navideña dice.
La Llorona: Bien, solo con tal de que me dejes en paz y deje buscar a mis hijos tranquila.
Terry, emocionado por la respuesta de La Llorona, se acerca un poco más, intentando captar su atención.
Terry: ¡Perfecto! Solo imagina cómo sería una Navidad con tus hijos. Podríamos decorar el árbol juntos, hacer galletas y contar historias junto al fuego.
La Llorona, con una mezcla de tristeza y resignación, mira al horizonte, recordando momentos pasados.
La Llorona: No puedo olvidar lo que perdí, Terry. Mis hijos son lo único que deseo, pero... tal vez un poco de alegría no haría daño.
Terry, viendo una oportunidad, sonríe y le dice:
Terry: Entonces, ¿qué te parece si hacemos un trato? Te ayudo a recordar esos momentos felices y, a cambio, me dejas compartir contigo un poco de esa luz que parece haberse apagado en tu corazón.
La Llorona, con un suspiro profundo, asiente lentamente.
La Llorona: Está bien, pero solo si prometes que no intentarás cambiar mi destino. Mis lágrimas son parte de mí, y no puedo dejar de buscar a mis hijos.
Terry: Lo prometo. Solo quiero que encuentres un poco de paz en esta Navidad.
La Llorona, con una leve sonrisa, comienza a imaginar cómo podría ser esa celebración, mientras el viento susurra entre los árboles, llevando consigo sus lamentos y esperanzas.