Aliza de Horrortale se topa con Jason.
Aliza baja la mirada sintiendo que Jason puede matarla.
Jason se acerca a ella. Aliza cierra los ojos.
Jason se queda mirándola fijamente con frialdad.
Aliza: Si quieres matarme hazlo de una vez... Solo... Se que no tiene caso seguir viendo a asesinos que quieran matarme...
Jason la observa fijamente sin mostrar signos de reacción. Aunque las palabras de Aliza lo hicieron reflexionar, se quedó pensando en sus propios pensamientos.
Jason deja algo abajo de Aliza y se marcha
Aliza, con el corazón latiendo desbocado, sintió el peso de la incertidumbre en el aire. La figura imponente de Jason se desvanecía lentamente, pero su presencia seguía pesando en la atmósfera. Abrió los ojos, aún temerosa de lo que podría encontrar, pero en lugar de la muerte que había anticipado, vio un objeto en el suelo.
Con cautela, se agachó y recogió lo que Jason había dejado: un pequeño colgante en forma de corazón, desgastado y sucio, pero aún con un brillo tenue. Aliza lo sostuvo entre sus manos, sintiendo la frialdad del metal, pero también una extraña conexión con el pasado.
"¿Por qué me dejas esto?", murmuró, mirando hacia la dirección en la que Jason había desaparecido. No había respuestas, solo el eco de sus propios pensamientos y la sensación de que, de alguna manera, había tocado una parte de su humanidad.
Mientras se levantaba, Aliza sintió una mezcla de confusión y curiosidad. ¿Era un gesto de compasión? ¿Un recordatorio de que incluso los más oscuros pueden tener un destello de luz? Con el colgante aún en la mano, decidió que no podía dejar que el miedo la dominara. Si Jason había elegido no matarla, tal vez había una oportunidad para entenderlo, para descubrir qué había detrás de esa máscara de frialdad.
Con determinación, Aliza se puso en marcha, dispuesta a seguir el rastro de Jason, a desentrañar el misterio que lo rodeaba y, tal vez, a encontrar una forma de redención para ambos.