Alegría Malvada se topa con Caulifla.
Alegría: Eres una chiflada. Te crees fuerte por que eres una saiyajin pero no haces absolutamente nada y simplemente eres tan protectora con tu patética hermana.
Caulifla: Claro que no, no estoy loca y no soy protectora con mi hermana!
Alegría: Oh eso dices... Bueno, eres tan confiada que ni te fijas en lo que dices. Bien, si así lo deseas, adelante
Caulifla: ¿Qué quieres decir con eso? No necesito que me digas lo que soy o lo que no soy. Soy fuerte y puedo defenderme sola, no necesito a nadie que me proteja.
Alegría: ¿Fuerte? ¿De verdad lo crees? Solo porque tienes un poco de poder no significa que sepas cómo usarlo. Te falta experiencia y estrategia.
Caulifla: ¡Tú no sabes nada de mí! He luchado contra oponentes mucho más fuertes que tú. No necesito tus lecciones.
Alegría: Tal vez, pero la fuerza bruta no lo es todo. La verdadera fuerza viene de la mente. Y tú, querida, pareces estar más preocupada por demostrar que eres fuerte que por realmente serlo.
Caulifla: ¡Cállate! No necesito tu aprobación. Si quieres pelear, ¡adelante! Te demostraré que soy más que solo una saiyajin.
Alegría: Eso es lo que quiero escuchar. Vamos a ver si realmente puedes respaldar esas palabras. Pero recuerda, no subestimes a tu oponente.
Caulifla: ¡No lo haré! ¡Prepárate para perder!
Alegría: Estoy lista. Que comience la pelea.