Samara se topa con Michael Myers.
Samara con su voz apenas audible: Michael...
Michael Myers da un paso adelante. Escribe en su cuaderno: Ahora que Samara? No me va a pasar nada en 7 días porque me adelantaré antes de que lo hagas
Samara lo observa con una mezcla de curiosidad y desafío. Su voz, casi un susurro, se eleva en el aire tenso: "¿Crees que puedes escapar de lo inevitable, Michael?"
Michael, con su máscara inmutable, levanta la vista de su cuaderno. Escribe: "La muerte no es un juego, Samara. No hay reglas en este tablero."
Samara sonríe, una expresión que mezcla tristeza y malicia. "Pero yo juego con el tiempo. Siete días son solo un susurro en la eternidad. ¿Y tú? ¿Cuánto tiempo te queda antes de que alguien te detenga?"
Michael se queda en silencio, su mirada fija en ella. Escribe: "No me detendrán. Siempre he sido el cazador."
"Y yo la sombra que acecha en la oscuridad", responde Samara, su voz resonando con un eco inquietante. "Pero, ¿qué pasará cuando la sombra se convierta en luz? ¿Qué harás entonces?"
Michael, intrigado, anota: "La luz no me asusta. He sobrevivido a peores."
"Quizás", dice Samara, acercándose un poco más. "Pero cada monstruo tiene su debilidad. ¿Cuál es la tuya, Michael?"
La tensión entre ellos crece, un duelo de voluntades. Michael, decidido, escribe: "No tengo debilidades. Solo un objetivo."
"Entonces, que comience el juego", murmura Samara, su voz casi un canto. "Pero recuerda, el tiempo siempre juega a favor de los que saben esperar."
Ambos se quedan en silencio, el aire cargado de una amenaza palpable. La noche apenas comienza, y el destino de ambos está a punto de entrelazarse en un oscuro y retorcido juego.