Evil Cody se topa con Ben Drowned.
Ambos se ven.
Se escucha la música "Song of unhealing"
Ninguno habla y parece que jamás hablarán
La atmósfera se vuelve densa, cargada de una tensión palpable. Evil Cody, con su aura oscura y su mirada penetrante, observa a Ben Drowned, quien se encuentra en un estado de inquietante calma, como si el tiempo se hubiera detenido a su alrededor. La melodía de "Song of Unhealing" resuena en el aire, envolviendo la escena en un manto de melancolía y misterio.
Los ojos de Ben, vacíos y llenos de secretos, se encuentran con los de Cody. No hay palabras, solo un entendimiento tácito de que ambos son prisioneros de sus propias historias, de sus propios tormentos. La música parece contar sus relatos, sus sufrimientos, mientras el entorno se oscurece aún más, como si el mundo mismo se estuviera desvaneciendo.
Cody, con su naturaleza maligna, siente la atracción de la desesperación que emana de Ben. Por otro lado, Ben, atrapado en su propia pesadilla, percibe la oscuridad que rodea a Cody, como si ambos fueran dos caras de la misma moneda, condenados a vagar por la eternidad sin poder escapar de sus destinos.
El silencio se convierte en un lenguaje propio, un diálogo sin palabras que habla de dolor, venganza y redención. La música sigue sonando, un eco de lo que fueron y lo que nunca podrán ser. En ese instante, el tiempo se detiene, y el mundo exterior se desdibuja, dejando solo a estos dos seres en su encuentro inevitable.
Finalmente, la melodía se desvanece, pero la conexión entre ellos permanece, un lazo oscuro que los une en su soledad. Sin necesidad de hablar, saben que su encuentro es solo el comienzo de una historia que aún está por escribirse.