En una fría y oscura noche de lluvia, Evil Casandra va caminando.
Casandra mientras observa a sus enemigos (Evil Jax, Evil Cody, Murder Sans, Alegría Malvada y a los otros dos que considera "amigos" Murder Papyrus y Ennui Siniester que ambos caminan con tristeza): Esos pendejos simplemente están tristes porque si tienen sentimientos, pero ellos no saben lo que siento si les contara. Ellos pensarían que soy malvada simplemente y que no hay bondad en mí, pero ellos no lo saben.
De repente, ve una tienda de juguetes y de cosas de cuando Casandra quería en su pubertad.
Casandra se toca la barbilla, recordando.
La fantasma de Afrodita.
Afrodita: Pasa algo hermana?
Casandra empieza a recordar.
Una navidad entre ellas y sus padres.
Casandra (Cuando tenía 13 años): Papá, Mamá, porque nunca nos dan regalos?
Boliver: Hija, nosotros no tenemos dinero, entiende que estamos pasando una situación.
Sarah: Es que hija, yo quisiera darte, pero desgraciadamente no puedo hacerlo.
Afrodita (Con 10 años): Ustedes nunca nos compran un juguete...
Boliver: Y porqué?
Casandra: Hay es que es la verdad, ustedes nunca nos compran nada, ni siquiera nos dan regalo en cada navidad. Todo por su estúpido trabajo nunca pasan la navidad y noche buena con nosotras, mi hermano Andferd nunca nos visita porque está en su trabajo.
Boliver: Hija, tranquila, no tienes porque sentirte así, debes entender que no toda la vida es dinero, les prometemos que les daremos regalo.
Casandra con sarcasmo: Eso siempre dicen, pero al final, sigue igual.
Luego de que ambas solo hicieran pucheros por querer sus regalos y no recibirlos se iban a su cuarto.
Después de Recordar
Casandra (actualmente con 21 años) suspira y dice: Nada, solo una tienda llena de mugrosos juguetes.
Mientras Casandra se aleja de la tienda, la lluvia comienza a caer con más fuerza, empapando su abrigo negro. La oscuridad de la noche parece envolverla, pero en su interior, una lucha se desata. La voz de Afrodita resuena en su mente, recordándole la inocencia perdida y la tristeza que ha cargado durante años.
Afrodita (en su mente): ¿Por qué no dejas que esa tristeza te defina, hermana? Todos merecen un poco de alegría, incluso tú.
Casandra se detiene en medio de la acera, mirando hacia el suelo. La lluvia resbala por su rostro, y por un momento, siente que las lágrimas se mezclan con el agua. Se da cuenta de que, a pesar de su fachada de maldad, hay un vacío en su corazón que no puede ignorar.
Casandra: (murmurando) No necesito su compasión. No necesito a nadie.
Pero en el fondo, sabe que eso no es cierto. La soledad la consume, y la rabia que siente hacia sus "amigos" y enemigos no es más que un reflejo de su propio dolor. Se da la vuelta y observa a Evil Jax y Evil Cody, quienes se ríen de algo que han dicho. Murder Sans y Murder Papyrus caminan detrás, con expresiones sombrías, como si el peso del mundo estuviera sobre sus hombros.
Casandra: (pensando) Ellos no entienden. No saben lo que es realmente sufrir.
De repente, una idea atraviesa su mente. Si no puede encontrar la felicidad en su propia vida, tal vez pueda arrebatarla a los demás. Una sonrisa torcida se dibuja en su rostro, y su mirada se vuelve más intensa.
Casandra: (en voz baja) Si no puedo ser feliz, al menos puedo hacer que ellos tampoco lo sean.
Con esa resolución, se aleja de la tienda de juguetes, dejando atrás los ecos de su infancia y la sombra de su hermana. La lluvia sigue cayendo, pero ahora, en lugar de tristeza, hay un destello de determinación en sus ojos. La noche es oscura, pero para Casandra, es solo el comienzo de un nuevo capítulo en su vida de maldad.