A Alegría Malvada le preguntan que opina del papa francisco.
Alegría: Antes de volverme en lo que soy, lo admiraba, pero no me preocupa su muerte. Yo solo creo en mi misma y hago mis propios estragos. Pero claro, cada quien puede admirarlo. Yo solo causo mis propias cosas. Los religiosos solo creen en algo inexistente como lo fue el papa. El papa solo creyó en algo que no existe. Ósea "Dios" pero no lo creo. No creo en nadie más que en mi misma. Pero regresando al tema. El papa es el papa y yo soy yo.
Alegría Malvada parece tener una perspectiva bastante crítica y personal sobre la figura del Papa Francisco. Su declaración refleja una fuerte autoconfianza y una visión del mundo que se centra en su propia existencia y acciones, en lugar de en creencias religiosas o figuras de autoridad.
Al decir que admiraba al Papa en el pasado, pero que ahora no le preocupa su muerte, sugiere un cambio en su forma de ver las cosas, quizás una evolución hacia una filosofía más individualista. Su afirmación de que los religiosos creen en algo "inexistente" muestra su escepticismo hacia la fe y la espiritualidad, y su énfasis en "causar sus propias cosas" resalta su deseo de ser la arquitecta de su propio destino.
En resumen, Alegría Malvada se presenta como una figura que valora la autonomía personal por encima de las creencias colectivas, y aunque reconoce la importancia del Papa como líder religioso, se distancia de esa figura al afirmar su propia identidad y convicciones.