Aliza se topa con Michael Myers.
Aliza se le eriza la piel al ver al asesino. Ella susurra: Oh no...
Michael Myers con su mirada fría, la observa. No tiene malas intenciones, se acerca a ella. Se agacha y le escribe:
"Puedo ser malo, pero... No con los niños, no tienes por que temer de mí. Sí, soy un asesino, pero no tengo intenciones de hacerte daño niña."
Aliza con desconfianza dice: De Verdad? No piensas hacerme daño? Y como sé que debería creerte?
Michael Myers sin inmutarse de su mirada le escribe:
"Yo no hago daño a los menores, solo a las personas que merecen ser asesinadas"
Aliza frunció el ceño, sintiendo una mezcla de miedo y curiosidad. La figura imponente de Michael Myers, con su máscara blanca y su cuchillo en mano, era aterradora, pero sus palabras la intrigaban.
"¿Y quién decide quién merece ser asesinado?" preguntó, su voz temblando ligeramente.
Michael, aún agachado, tomó un momento antes de responder. Escribió con calma:
"Los que hacen daño a otros. Los que no tienen compasión. Yo solo elimino el mal."
Aliza se mordió el labio, tratando de procesar lo que estaba escuchando. "Pero... ¿y si alguien se equivoca? ¿Y si alguien no es tan malo como parece?"
Michael la miró fijamente, su expresión inmutable. Luego escribió:
"Todos tienen una historia. Pero hay quienes eligen el camino del dolor. Yo solo actúo cuando no hay otra opción."
La niña sintió un escalofrío recorrer su espalda. "¿Y si yo te dijera que no quiero que hagas daño a nadie? ¿Qué pasaría entonces?"
Michael se quedó en silencio por un momento, como si estuviera considerando sus palabras. Finalmente, escribió:
"Entonces, tal vez, podrías ayudarme a encontrar un camino diferente. Pero debes saber que el mundo no siempre es justo."
Aliza sintió una chispa de esperanza. "Podemos encontrar una manera de hacer las cosas sin violencia. Hay otras formas de resolver problemas."
Michael la observó, su mirada fría pero ahora con un atisbo de curiosidad. "¿Y qué propones, niña?"
"Podemos hablar. Escuchar a las personas. Tal vez puedas ayudar a otros a encontrar su camino, en lugar de tomar el tuyo con sangre."
Michael se quedó en silencio, reflexionando sobre la propuesta. Aliza sintió que, por primera vez, había una posibilidad de cambiar el rumbo de la historia.
"Quizás," escribió finalmente Michael, "puedas enseñarme lo que significa la compasión."
Aliza sonrió, sintiendo que, a pesar de la oscuridad que rodeaba a Michael, había una pequeña luz de esperanza.