A Murder Sans le preguntan que opina del papa francisco.
Murder Sans encogiéndose de hombros: Sinceramente no me importa lo que él haga. No me voy a poner feliz de su muerte, porque no es motivo de risa y además no me importa, aunque sean figuras patéticas las religiones, no me interesa lo que le pasó. Me importa ser yo el propio dios de la destrucción.
Murder Sans, con su habitual desdén, continúa: "La religión y sus figuras son solo sombras en un mundo lleno de caos. La gente se aferra a estas creencias como si fueran salvavidas, pero al final, todos somos responsables de nuestras propias decisiones. No necesito un intermediario para entender la vida y la muerte. Prefiero ser el arquitecto de mi propio destino, sin ataduras a dogmas o íconos. La verdadera libertad radica en la capacidad de crear y destruir a voluntad, sin importar lo que piensen los demás."