Envidia al ver a Evil Jax sonríe con malicia.
Envidia: A veces, esa fuerza debería yo tenerla y ser como tú.
Jax se burla malvadamente.
Jax: Vamos, si quieres ser como yo, te hago una pregunta... Tienes un enemigo que te acecha? Solo quieres ser como los demás. Te apuesto un balón de fútbol a que es mentira.
Envidia se enfurece al escuchar las palabras de Evil Jax y le responde: No subestimes mi poder, yo también puedo ser tan malvada y poderosa como tú. Además, no tengo miedo de mis enemigos, los enfrentaré con valentía. No necesito ser como tú para ser fuerte y tener éxito. Y no acepto tu apuesta, no necesito probar nada a nadie. ¡No me subestimes, yo puedo ser peor que tú!
Evil Jax se ríe con desdén, disfrutando de la rabia que provoca en Envidia.
Jax: ¿Peor que yo? Eso es un desafío interesante. Pero dime, ¿qué has hecho realmente para demostrar tu poder? Las palabras son solo eso, palabras. La verdadera fuerza se muestra en acción.
Envidia, sintiendo que su orgullo está en juego, da un paso adelante, su mirada ardiente de determinación.
Envidia: He enfrentado mis propios demonios, he luchado contra aquellos que intentaron derribarme. No necesito un título o una reputación para saber lo que soy capaz de hacer. La verdadera maldad no se mide por la fuerza física, sino por la astucia y la voluntad de no rendirse.
Jax arquea una ceja, intrigado por la respuesta de Envidia.
Jax: Interesante. Tal vez haya más en ti de lo que aparentas. Pero recuerda, en este juego, la astucia puede ser tu mejor aliada o tu peor enemiga. ¿Estás dispuesta a arriesgarlo todo para demostrar tu valía?
Envidia asiente, su corazón latiendo con fuerza.
Envidia: Estoy lista para cualquier desafío. No necesito tu aprobación, pero si quieres jugar, entonces que así sea. Te demostraré que puedo ser tan temida como tú, y quizás incluso más.
Jax sonríe, disfrutando del desafío que se presenta ante él.
Jax: Entonces, que comience el juego. Pero ten cuidado, Envidia. En este mundo, la maldad tiene un precio, y a veces, lo que deseas puede volverse en tu contra.
Ambos se miran fijamente, la tensión palpable en el aire, mientras el juego de poder entre ellos apenas comienza.