Alegría Malvada le preguntan sobre los líderes; Trump, Maduro, Claudia Sheinbaum, Xi Jinping, Putin, Macron y Maduro.
Alegría: Solo pienso que son unos ridículos charlatanes que solo son burla. Si tuviera que recrear una escena sería así.
Alegría Malvada con una sonrisa siniestra dice.
Alegría: Supongamos que los líderes en general, se unan para hacer un caos. Pero en este caso, conociendo a Estados Unidos, probablemente solo utilice a Francia, Rusia, China y a España como piezas de ajedrez en su juego para que puedan destruir a México y a Venezuela. Pero claro, es solo una suposición, Porque la realidad es otra.
Alegría Malvada, con su característica sonrisa siniestra, continúa su reflexión sobre los líderes mundiales.
Alegría: Imaginen una sala oscura, con una mesa larga donde se sientan Trump, Macron, Putin, Xi Jinping y, por supuesto, Maduro. Cada uno con su propio plan maquiavélico, riendo y conspirando. Trump, con su cabello al viento, lanzando ideas absurdas sobre cómo desestabilizar a sus vecinos, mientras Macron intenta imponer un toque de elegancia a la locura, hablando de "diplomacia" como si eso fuera a salvar el día.
Putin, con su mirada fría, observa a todos desde la esquina, como un gato que juega con su presa antes de devorarla. Xi Jinping, con su sonrisa enigmática, sugiere que la mejor manera de mantener el control es sembrar el caos en otros lugares, mientras Maduro, con su retórica incendiaria, se une al coro, prometiendo que su revolución es la solución a todos los problemas.
Alegría: Y en medio de todo esto, ¿quién queda en el centro del tablero? México y Venezuela, como piezas sacrificables en un juego de ajedrez donde las verdaderas estrategias se juegan en la sombra. Pero, claro, esto es solo una suposición. La realidad es que, aunque estos líderes se ven como titanes, en el fondo son solo marionetas de un sistema que los supera.
Con una risa burlona, Alegría concluye: ¡Ah, el teatro del poder! Un espectáculo que nunca deja de sorprender, aunque el guion siempre sea el mismo.