Evil Cody observando la lluvia mientras empapaba toda su ropa y su mirada se torna un poco triste.
El fantasma de Obama que es amigo de Evil Cody le dice.
Obama: Te noto muy... Triste Cody, ¿A que se debe eso?
Cody: No lo sé... La verdad es que... Se queda en silencio. Es que estoy harto de seguir con esto y vivir solo.
(De repente, ve a sus "aliados"; Está Evil Jax junto a la fantasma de Pomni dormida en sus hombros. Se notaba más triste que sonreír de forma siniestra. Murder Sans sentado triste en una esquina por que está solo. Alegría Malvada reflexionándose a ella misma mientras el viento empuja su cabello. Murder Papyrus caminando fríamente con una mirada inexpresiva. Ennui Siniester con su mirada apática pero a la vez se notaba triste. Por último, Evil Casandra en una pastelería viendo algo con la fantasma de su hermana).
Obama: Por que no hablamos con ellos?
Cody: Que? No, yo prefiero seguir aquí. Estando solo es mi única compañía aparte de ti claro.
Obama: Pero Cody, a veces la soledad puede ser más pesada de lo que pensamos. Ellos también están lidiando con sus propios problemas. Tal vez hablar con ellos te ayude a sentirte mejor.
Cody: (suspira) No sé... No quiero ser una carga para ellos. Todos tienen sus propias luchas, y no quiero añadir más a su tristeza.
Obama: No se trata de ser una carga. Se trata de compartir lo que sientes. A veces, abrirse a los demás puede ser el primer paso para encontrar un poco de luz en la oscuridad.
Cody: (mira a sus aliados) Pero... ¿y si no les importa? ¿Y si solo están tan atrapados en su propia tristeza que no pueden ayudarme?
Obama: Nunca lo sabrás si no lo intentas. La conexión con otros puede ser un gran alivio. Además, ellos podrían estar esperando que tú des el primer paso. A veces, un simple gesto puede cambiar el rumbo de un día.
Cody: (reflexiona) Tal vez tengas razón. Pero, ¿cómo empiezo? No sé qué decir.
Obama: Solo sé honesto. Diles cómo te sientes. A veces, la vulnerabilidad puede ser la clave para abrir puertas que creías cerradas.
Cody: (asiente lentamente) Está bien, lo intentaré. Pero si se pone incómodo, ¡tú me ayudas!
Obama: (sonríe) Claro, estaré aquí. Vamos, no hay nada que perder.
Cody se levanta, sacudiéndose un poco la lluvia de su ropa, y se dirige hacia sus aliados. Con cada paso, siente un ligero peso levantarse de sus hombros. Al llegar, se aclara la garganta y dice:
Cody: Chicos... ¿podemos hablar un momento?
Los aliados levantan la vista, sorprendidos, pero también curiosos. La lluvia sigue cayendo, pero en ese instante, Cody siente que tal vez, solo tal vez, no está tan solo después de todo.