Reimu se topa con Zeno Sama.
Zeno Sama la mira con una expresión fría sonríe con malicia al ver como Reimu está lejos y dice: Que pasa? Te doy miedo solo porque soy el rey de todo? No te preocupes, no te vengo a hacer nada.
Reimu, con su característico ceño fruncido, observa a Zeno Sama con desconfianza. No era la primera vez que se encontraba con seres poderosos, pero la presencia de Zeno emanaba una aura de autoridad que la hacía sentir incómoda.
—No me das miedo —responde Reimu, cruzando los brazos—. Solo me intriga qué hace un ser como tú en un lugar como este. No tengo tiempo para juegos.
Zeno Sama se ríe suavemente, disfrutando de la reacción de la chica. Su mirada se vuelve más intensa, como si estuviera evaluando cada detalle de su ser.
—Oh, pero los juegos son lo que más disfruto. Y tú, pequeña miko, pareces ser una pieza interesante en este tablero. ¿No te gustaría saber qué significa ser el rey de todo?
Reimu da un paso adelante, su determinación brillando en sus ojos.
—No me interesa tu título ni tus juegos. Solo quiero proteger mi hogar y a las personas que me importan. Si no tienes nada que ver con eso, entonces no tengo tiempo para ti.
Zeno, sorprendido por la firmeza de Reimu, se inclina ligeramente hacia adelante, como si estuviera considerando sus palabras.
—Interesante. La mayoría de los que se encuentran conmigo suelen buscar poder o reconocimiento. Pero tú… tú solo quieres proteger. Eso es raro en este mundo. Quizás deberíamos hablar más.
Reimu, aún cautelosa, se da cuenta de que Zeno no parece tener intenciones hostiles, al menos por el momento. Sin embargo, no bajará la guardia.
—Está bien, hablemos. Pero si intentas algo, no dudaré en defenderme.
Zeno sonríe, disfrutando del desafío que representa Reimu.
—Eso es lo que me gusta de ti. La determinación. Vamos, cuéntame más sobre este lugar y lo que realmente valoras. Quizás haya algo que pueda ofrecerte a cambio.