Leatherface arranca su motosierra al escuchar a Terry decir "Feliz Navidad" y sugerir que la celebren. Los demás lo miran con desdén, mostrando su desaprobación hacia la idea de celebrar la Navidad.
La atmósfera se tornó tensa en la cabaña, el aire frío del invierno se colaba por las rendijas de las ventanas. Terry, con una sonrisa nerviosa, había intentado romper el hielo en medio de la oscuridad que los rodeaba. "¡Feliz Navidad!", exclamó, como si esas palabras pudieran iluminar el ambiente sombrío.
Sin embargo, su entusiasmo fue recibido con miradas de desdén. Los demás intercambiaron miradas de desaprobación, como si la idea de celebrar la Navidad fuera un sacrilegio en ese lugar. La risa nerviosa de Terry se apagó rápidamente, y el silencio se hizo más pesado.
Fue entonces cuando el sonido ensordecedor de una motosierra rompió la quietud. Leatherface, con su rostro cubierto por la máscara de piel, encendió la máquina con un rugido que resonó en el aire helado. La chispa del motor parecía simbolizar la furia reprimida de aquellos que no tenían tiempo para celebraciones, solo para sobrevivir.
El eco de la motosierra llenó la cabaña, y Terry se quedó paralizado, su sonrisa desvaneciéndose mientras los demás retrocedían, conscientes de que la Navidad no era más que un recuerdo lejano en un mundo donde la violencia y el terror reinaban. La idea de celebrar se desvaneció, reemplazada por la realidad escalofriante que los rodeaba.