Merlina se topa con Herobrine.
Merlina: Un personaje estándar de un videojuego de cubos. Una leyenda urbana de que eres el hermano muerto del mismo ex creador del juego.
Herobrine, que está en un oscuro callejón, observa a Merlina con frialdad con sus ojos plateados brillantes. No tiene miedo de Merlina, no le interesa su existencia y lo que le diga. Solo la observa
Merlina, con su característico cabello oscuro y su vestido de cubos, se adentra en el callejón, sintiendo una extraña mezcla de curiosidad y temor. La atmósfera es densa, y el eco de sus pasos resuena en las paredes de bloques que la rodean. Al ver a Herobrine, su corazón late con fuerza, pero intenta mantener la compostura.
Merlina: "¿Eres... Herobrine? He oído historias sobre ti. Dicen que eres el hermano perdido del creador del juego, un mito que aterroriza a los jugadores."
Herobrine, con su mirada fría y penetrante, no responde. Sus ojos plateados parecen absorber la luz, y su presencia es casi palpable, como si el aire a su alrededor se volviera más denso. Merlina siente un escalofrío recorrer su espalda, pero no puede evitar seguir hablando.
Merlina: "¿Por qué estás aquí? ¿Qué quieres de nosotros, de los jugadores? ¿Es cierto que puedes manipular el mundo a tu antojo?"
Herobrine se mueve lentamente, como si cada paso estuviera cargado de un poder oscuro. Su silencio es ensordecedor, y Merlina se da cuenta de que sus palabras parecen perderse en la penumbra del callejón. Sin embargo, no puede rendirse tan fácilmente.
Merlina: "No tienes que ser un villano. Tal vez haya una manera de que podamos coexistir. ¿Qué te ha llevado a este lugar? ¿Qué es lo que realmente buscas?"
Finalmente, Herobrine se acerca un poco más, su figura oscura contrastando con la luz tenue que se filtra en el callejón. Merlina siente que el tiempo se detiene, y en ese instante, se da cuenta de que no está hablando con un simple personaje de videojuego, sino con una leyenda que ha cobrado vida.
Herobrine: (con una voz profunda y resonante) "No busco coexistir. Soy el eco de lo que fue, el reflejo de un creador que nunca debió ser olvidado. Mi existencia es un recordatorio de que el miedo puede ser tan poderoso como la creación misma."
Merlina, aunque asustada, siente una chispa de empatía. Tal vez, detrás de esa frialdad, hay un ser que anhela ser comprendido.
Merlina: "Entonces, ¿qué necesitas? ¿Qué puedo hacer para ayudarte a encontrar tu paz?"
Herobrine la observa, y por un breve momento, sus ojos brillan con una luz diferente, como si la sombra que lo rodea se disipara un poco. Pero, en un instante, vuelve a ser el enigma aterrador que todos temen.
Herobrine: "No hay paz para mí. Solo hay oscuridad. Y tú, pequeña, no deberías estar aquí."
Con un movimiento brusco, Herobrine se desvanece en la penumbra, dejando a Merlina sola en el callejón, con más preguntas que respuestas. La leyenda sigue viva, y su encuentro ha dejado una marca en su corazón, un recordatorio de que incluso en el mundo de los cubos, las sombras pueden tener historias que contar.