Evil Casandra mientras camina con una sonrisa de oreja a oreja siniestra, siente una telaraña enrollándola por completo y fue Spiderman quien le lanzó la telaraña como castigo.
Spiderman le deja una carta y se despide "Cortesía de tu amigo Spiderman".
Evil Casandra, con su risa malvada resonando en el aire, se detuvo en seco al sentir la telaraña que la envolvía. La sensación pegajosa y resistente la sorprendió, pero su sonrisa no se desvaneció. Miró a su alrededor, buscando al responsable de su captura, y ahí estaba él: Spiderman, balanceándose entre los edificios con su agilidad característica.
"¿Qué te trae por aquí, Casandra?" preguntó Spiderman, con una mezcla de seriedad y un toque de diversión en su voz. "¿No deberías estar tramando algo más siniestro?"
Ella se retorció un poco, intentando liberarse, pero la telaraña solo se ajustó más a su alrededor. "Oh, Spidey, siempre tan predecible. ¿Crees que una simple telaraña puede detenerme? ¡Soy Evil Casandra!"
Spiderman sonrió, sabiendo que su trabajo no estaba terminado. "Quizás, pero esta es solo una pequeña lección. A veces, los villanos necesitan un recordatorio de que sus acciones tienen consecuencias."
Con un movimiento ágil, Spiderman aterrizó frente a ella y dejó caer una carta en el suelo, justo a sus pies. "Cortesía de tu amigo Spiderman", dijo mientras se preparaba para marcharse.
Curiosa, Casandra miró la carta. La abrió con un gesto dramático, y sus ojos se iluminaron al leer el mensaje. "La próxima vez que intentes desatar el caos en la ciudad, recuerda que siempre estaré un paso adelante. Hasta luego, Casandra."
Mientras Spiderman se alejaba, ella se quedó allí, atrapada pero no derrotada. La telaraña era un recordatorio de que, aunque podía ser astuta y poderosa, había alguien que siempre estaba dispuesto a detenerla. Con una risa que resonaba en la noche, Evil Casandra comenzó a planear su venganza, sabiendo que esta no sería la última vez que se encontrar