Envidia al ver a Evil Cody sonríe con malicia.
Envidia: A veces, esa fuerza debería yo tenerla y ser como tú.
Cody se ríe con desdén.
Cody: Oh enana, porque en vez de ser como los demás eres tú misma? Si fueras como yo, te apuesto a que podrías morir en un instante.
Envidia, asustada pero intrigada, retrocede un paso. Su deseo de ser como Cody se convierte en un dilema aterrador. "¿Realmente crees que necesito morir para alcanzar lo que deseas?", cuestiona con voz temblorosa.
Cody ríe, disfrutando de su confusión. "La envidia consume, niña. Pero si lo que quieres es ser como yo, deberás enfrentar las sombras que habitan en tu alma". Envidia, ahora más que nunca, se da cuenta de que el camino hacia la oscuridad tiene un coste que podría no estar dispuesta a pagar.
Envidia siente un escalofrío recorrer su espalda al escuchar las palabras de Cody. La idea de enfrentarse a sus propias sombras la aterra, pero al mismo tiempo, la seduce. La fuerza y el poder que emanaban de Cody eran innegables, y la tentación de alcanzar ese nivel de control sobre su propia vida la empujaba a considerar lo impensable.
"¿Y si no quiero perderme a mí misma en el proceso?", murmura, su voz apenas un susurro.
Cody se acerca, su mirada penetrante como un rayo de luna en la oscuridad. "Perderse a uno mismo es el primer paso para encontrar el verdadero poder. La envidia es solo un reflejo de lo que deseas, pero si no estás dispuesta a sacrificar lo que eres, nunca serás más que una sombra de lo que podrías ser".
Envidia siente que su corazón late con fuerza. La lucha interna se intensifica. "¿Qué tipo de sacrificios estás hablando?", pregunta, su curiosidad superando su miedo.
Cody sonríe, un destello de malicia en sus ojos. "Todo lo que creías saber sobre ti misma. Tus miedos, tus inseguridades, incluso tus sueños. Para ser como yo, debes abrazar la oscuridad y dejar atrás la luz que te ha mantenido atada".
La envidia se siente atrapada entre dos mundos: el de la luz, donde la seguridad y la aceptación la rodean, y el de la oscuridad, donde el poder y la libertad parecen irresistibles. "¿Y si el precio es demasiado alto?", cuestiona, su voz temblando.
"Eso depende de ti", responde Cody, su tono ahora más grave. "La verdadera pregunta es: ¿estás dispuesta a arriesgarlo todo por lo que deseas? La elección es tuya, pero recuerda, una vez que cruces esa línea, no hay vuelta atrás".
Envidia se queda en silencio, contemplando las palabras de Cody. La oscuridad la llama, pero el miedo a perderse a sí misma la detiene. En ese momento, se da cuenta de que la verdadera batalla no es solo contra las sombras externas, sino contra las que habitan en su propio corazón. ¿Podrá encontrar el equilibrio entre su deseo de poder y su necesidad de identidad? La respuesta aún está por descubrirse.