A Jason le preguntan porque no habla.
Jason escribe lentamente en una hoja mugrienta: Perdí el habla... Mi silencio dice más que mil palabras. Aunque si tuviera habla, no creo que necesite comunicarme por medio de una voz. El silencio es mi aliado...
Jason mira la hoja con una mezcla de nostalgia y determinación. Continúa escribiendo, dejando que sus pensamientos fluyan a través de la tinta:
"Las palabras pueden ser malinterpretadas, pero el silencio es un refugio. En este espacio sin sonido, puedo escuchar mis propios pensamientos, mis emociones. A veces, el ruido del mundo es abrumador, y en mi mutismo encuentro claridad.
No necesito gritar para ser escuchado. Mis gestos, mis miradas, incluso el simple acto de estar presente, pueden transmitir lo que siento. La gente a menudo se olvida de que hay muchas formas de comunicarse.
El silencio me ha enseñado a observar, a entender a los demás sin necesidad de palabras. He aprendido a leer las expresiones, a captar los matices de una conversación. En este mundo ruidoso, mi silencio es un acto de resistencia.
Quizás algún día recupere mi voz, pero por ahora, estoy en paz con mi elección. Mi silencio es mi forma de ser, y en él encuentro una profunda conexión conmigo mismo y con el mundo que me rodea."
Jason se detiene, mira a su alrededor y sonríe levemente. Aunque no hable, su mensaje está claro.