La tensión en la sala era palpable después de que Ber se marchara furioso, dejando un rastro de migajas de pastel y miradas de desaprobación hacia Vegeta. La fiesta, que había comenzado con risas y alegría, se había convertido en un campo de batalla emocional.
Chi-Chi, con el ceño fruncido, se acercó a Vegeta.
Chi-Chi: ¡Vegeta! ¿Por qué tuviste que ser tan duro? Solo querías un pastel, pero no tenías que hacer que Ber se sintiera así.
Vegeta, cruzando los brazos, respondió con desdén.
Vegeta: No es mi culpa que no sepa comportarse. Si no puede manejar una simple broma, tal vez no debería estar aquí.
Gokú, que había estado observando en silencio, finalmente intervino.
Gokú: Oye, Vegeta, todos tenemos momentos difíciles. Ber solo quería ser parte de la celebración. Tal vez deberías disculparte.
Vegeta se giró hacia Gokú, su expresión endurecida.
Vegeta: ¿Disculparme? ¿Por qué debería? Él es el que se pone a pelear por un pastel.
Papyrus, siempre optimista, intentó calmar la situación.
Papyrus: ¡Vamos, amigos! ¡No hay necesidad de pelear! ¡Podemos hacer otro pastel! ¡Y Ber puede volver y disfrutarlo con nosotros!
Nenenieve asintió, tratando de encontrar una solución.
Nenenieve: Sí, ¡podemos hacer que Ber se sienta bienvenido de nuevo! Solo necesitamos un poco de esfuerzo.
Alucard, con su tono calmado, agregó:
Alucard: A veces, lo que más necesita una persona es saber que es valorada. Tal vez deberíamos ir a buscar a Ber y explicarle que no es un estorbo.
Vegeta, aunque aún molesto, comenzó a reflexionar sobre las palabras de sus amigos.
Vegeta: No estoy diciendo que no lo valore, solo que no entiendo por qué se enoja por cosas tan triviales.
Bulma, con una mirada comprensiva, se acercó a Vegeta.
Bulma: A veces, lo que parece trivial para nosotros puede ser muy importante para otros. Deberías intentar ponerte en su lugar.
Vegeta suspiró, sintiéndose un poco culpable.
Vegeta: Está bien, tal vez me pasé un poco. Pero no puedo soportar que se queje por un pastel.
Gokú sonrió, aliviado de que Vegeta comenzara a ver las cosas de otra manera.
Gokú: Entonces, ¿vamos a buscar a Ber y a hacer un nuevo pastel? ¡Podemos hacer una fiesta aún mejor!
Todos asintieron, y juntos comenzaron a planear cómo encontrar a Ber y hacer las paces. La fiesta aún no había terminado; solo necesitaban un poco de esfuerzo para restaurar la alegría y la camaradería que siempre habían compartido.
Mientras tanto, Ber caminaba solo, sintiéndose herido y frustrado. Sin embargo, en su interior, sabía que sus amigos se preocupaban por él. Quizás, solo quizás, podría darles otra oportunidad.