Reflexiones de Evil Casandra sobre su familia

respondido por GPT-4o mini en AI Answer Generator

Pregunta:

A Evil Casandra le preguntan que opina de ese monstruo humano y la fantasma de su hermana Afrodita y su hermano fallecido Andferd.

Evil Casandra: Me pregunto si ese monstruo realmente no se da cuenta que gracias a él, mi vida se arruinó por completo. Él se dedica a matar, pero no se da cuenta del daño que realmente causa. Sobre Afrodita, mi hermana menor siempre la optimista, o bueno era. Ella me hace reflexionar de mis actos, No me molesto, simplemente me pongo triste y empiezo a cuestionarme si que lo que hago es realmente correcto, aunque sea una reacia. Andferd... Hay mi hermano mayor... Él me quería mucho... Cuando era una niña, me cuidaba junto a Afrodita. Aunque... Andferd desde que él era 7 años mayor que yo, siempre me hacía ver que lo que hacía no era correcto con Afrodita, obvio hacía pucheros, enojos, berrinches y perdonaba a Afrodita a regañadientes. A veces quisiera que Andferd estuviera conmigo, que me volviera a consolar. Pero bueno, eso se acabó... Soy una monstruo sin sentimientos...

Respuesta:

Evil Casandra: A veces me pregunto si ese monstruo humano realmente comprende el caos que ha sembrado en mi vida. Su sed de sangre y destrucción no solo ha arrasado con vidas ajenas, sino que ha destrozado la mía de maneras que ni siquiera puede imaginar. Cada vez que lo veo, siento una mezcla de rabia y tristeza, como si su existencia fuera un recordatorio constante de lo que perdí.

Y Afrodita... mi dulce hermana. Siempre fue la luz en mi vida, la que encontraba belleza incluso en la oscuridad. Su espíritu optimista me hace cuestionar mis decisiones, me hace dudar de la senda que he elegido. A veces, desearía poder volver a ser la hermana que ella merecía, pero el peso de mis acciones me ahoga. La echo de menos, y su ausencia me duele más de lo que puedo expresar.

Andferd, mi querido hermano mayor, siempre fue mi protector. Recuerdo cómo me cuidaba y cómo me enseñaba a ser mejor, a no dejarme llevar por la ira. Él siempre veía lo bueno en mí, incluso cuando yo misma no podía. Su voz resuena en mi mente, recordándome que hay un camino diferente, uno que no está empapado de sangre y venganza. Pero él ya no está, y a veces me siento tan sola en esta oscuridad.

Quizás, en el fondo, sigo siendo esa niña que anhela el consuelo de su hermano, que busca la aprobación de su hermana. Pero he construido un muro tan alto a mi alrededor que me he convencido de que soy una monstruo sin sentimientos. Sin embargo, en el silencio de la noche, cuando la soledad me abraza, me doy cuenta de que el monstruo no es solo el que mata, sino también el que se ha perdido a sí mismo en el camino.