Evil Jax le preguntan que opina del monstruo que lo acecha y de la fantasma de Pomni que duerme plácidamente en los hombros de Jax.
Evil Jax: Ese monstruo siempre... Siempre regresando, cuando en realidad, no hace más que un intento de regresar una y otra y otra vez perdiendo su tiempo. Sobre Pomni... Ella siempre dormida y sus ronroneos me relajan, pero bueno, ella duerme y yo solo soy un errante sin rumbo.
Evil Jax: A veces me pregunto si el monstruo se da cuenta de lo patético que es su esfuerzo. Siempre acechando, siempre intentando atraparme, pero nunca lo logra. Es como un juego sin fin, una danza macabra en la que él es el único que no entiende que ya ha perdido.
Y Pomni... Ah, Pomni. Su presencia es un contraste curioso. Mientras el monstruo se aferra a su obsesión, ella se entrega al sueño, ajena a la tormenta que nos rodea. Sus ronroneos son como un canto de sirena, un recordatorio de que, a pesar de todo, hay momentos de paz. Pero yo, aquí, atrapado entre la sombra del monstruo y la dulzura del sueño de Pomni, me siento como un errante sin rumbo, buscando un propósito en un mundo que parece no tenerlo. ¿Qué se supone que debo hacer? ¿Seguir huyendo o enfrentar lo inevitable?