A Evil Cody le preguntan si fue a la cárcel.
Cody recordando.
Evil Cody con su sonrisa siniestra va caminando. De repente, las sirenas de policía se escuchan detrás de él.
Policía: Deténgase! Usted! Cody sonríe malévolamente. Se da la vuelta y alza las manos en señal de rendición.
Policía: Queda detenido por ser detective falso y todos los crímenes que se le acusan.
Cody con una sonrisa macabra, desaparece dejando a los policías confusos y con los ceños fruncidos.
Evil Cody sonríe y dice.
Cody: Y eso fue lo que pasó.
Los policías, atónitos, miran a su alrededor, tratando de entender cómo un hombre puede desaparecer en plena luz del día. Uno de ellos, con el ceño fruncido, murmura:
Policía 1: ¿Qué acaba de pasar? ¿Cómo se fue?
Policía 2: No lo sé, pero tenemos que reportarlo. No podemos dejar que un tipo así se escape.
Mientras tanto, Evil Cody se encuentra en un callejón oscuro, riendo para sí mismo. La adrenalina corre por sus venas mientras recuerda los momentos previos a su captura fallida.
Cody: (pensando) Siempre hay una salida. Siempre hay una forma de evadir a esos tontos.
Se ajusta la chaqueta y se mira en un espejo roto que cuelga de la pared. Su reflejo muestra a un hombre astuto, lleno de malicia y con un brillo en los ojos que delata su naturaleza.
Cody: (hablando consigo mismo) Ser un detective falso fue solo el comienzo. Ahora, el verdadero juego comienza.
Con un giro dramático, Evil Cody se aleja del callejón, dejando atrás el eco de su risa y la confusión de los policías. Su mente está llena de planes, de nuevas artimañas y de cómo seguir burlando a la ley.
Cody: (susurrando) La próxima vez, no será tan fácil.
Y así, con su sonrisa siniestra, se adentra en la oscuridad de la noche, listo para su próximo movimiento.