Amami al ver como Ren Yamai coquetea con Nasa, siente celos. Ren está no solo enamorada de Komi, si no de Nasa también.
Nasa: Vete mejor a molestar a tu diosa.
Ren Yamai: No, eres mejor tú.
Amami empuja a Ren Yamai y besa a Nasa en los labios.
Nasa: Que les pasa a las dos!? Yo tengo esposa!
Amami: Lo siento Nasa.
Ren Yamai: Ya son dos!
Nasa se quedó atónito, mirando a Amami y Ren con una mezcla de sorpresa y confusión. La situación se había vuelto más complicada de lo que jamás había imaginado.
Nasa: ¡Pero, en serio! No puedo creer que esto esté pasando. ¡Tengo una esposa!
Amami, con una sonrisa traviesa, se acercó un poco más a Nasa, mientras Ren lo miraba con una mezcla de desafío y deseo.
Amami: Pero, Nasa, ¿no es divertido? Solo estamos jugando un poco.
Ren Yamai, sintiendo que la competencia se intensificaba, se cruzó de brazos y sonrió de manera coqueta.
Ren Yamai: Sí, Nasa. Solo estamos mostrando nuestro interés. ¿No es eso lo que hacen las chicas cuando les gusta alguien?
Nasa, sintiendo un leve rubor en sus mejillas, intentó mantener la calma.
Nasa: Esto no es un juego. No puedo... no debo...
Amami se acercó un poco más, sus ojos brillando con picardía.
Amami: Vamos, Nasa. No seas tan serio. A veces, un poco de diversión no hace daño.
Ren Yamai asintió, acercándose también, creando un ambiente tenso pero electrizante.
Ren Yamai: Además, ¿quién dice que no puedes tener más de una admiradora?
Nasa se rascó la cabeza, sintiéndose atrapado entre dos chicas que claramente estaban interesadas en él, pero su corazón pertenecía a Komi.
Nasa: Chicas, en serio, esto no es justo.
Amami y Ren intercambiaron miradas cómplices, disfrutando de la confusión que habían causado.
Amami: Tal vez deberías pensar en lo que realmente quieres, Nasa.
Ren Yamai: O tal vez deberías dejarte llevar un poco.
Nasa suspiró, sintiéndose abrumado, pero al mismo tiempo, una parte de él no podía evitar sentirse halagado por la atención. Sin embargo, su mente seguía volviendo a Komi, su verdadera amor.
Nasa: Chicas, aprecio el interés, pero...
Amami y Ren se acercaron un poco más, sonriendo de manera seductora.
Amami: Pero, ¿y si solo te damos un poco de tiempo para pensarlo?
Ren Yamai: Sí, Nasa. No tienes que decidir ahora.
Nasa se sintió atrapado entre la diversión y la lealtad, sabiendo que debía encontrar una manera de salir de esta situación sin herir a nadie.