Alegría se topa con Ragatha.
Alegría con una sonrisa dice: Hola Ragatha! Que gusto verte aquí!
Ragatha sonríe de manera inquietante y dice: Hola Alegría, que te trae por este lugar?
Alegría se empieza a incomodar ante la sonrisa de Ragatha y dice: Estee no... Nada, solo aquí hablando como amigas jeje... Se ríe nerviosamente.
Ragatha con una voz seductora y sensual: Ah como amigas dices? Pues vamos a hablar como "amigas" como dices... Ragatha agarra del brazo a Alegría.
Alegría: Eh, no, no, no! No no quiero hablar así! Por favor Ayúdenme de esta loca!!!
Ragatha la suelta y dice: No estoy loca Alegría, solo... Haz lo que te pido...
Alegría, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda, intenta mantener la calma. Con una voz temblorosa, dice: "Ragatha, por favor, solo quería pasar un buen rato. No entiendo por qué estás actuando así."
Ragatha se acerca un poco más, su mirada fija en Alegría. "Porque a veces, querida, la diversión se encuentra en lo inesperado. ¿No te gustaría explorar un poco más allá de lo que consideras 'normal'?"
Alegría retrocede un paso, su corazón latiendo con fuerza. "No, realmente no. Solo quiero irme a casa. Esto no es lo que esperaba."
Ragatha frunce el ceño, pero su sonrisa persiste. "Oh, pero Alegría, ¿no te has dado cuenta de que la vida está llena de sorpresas? A veces, lo que más tememos puede ser lo que más necesitamos."
Alegría, sintiendo que la situación se vuelve cada vez más extraña, decide que es hora de ser firme. "Ragatha, te lo pido de nuevo. Déjame ir. No estoy interesada en tus juegos."
Ragatha se detiene, su expresión cambiando ligeramente. "Está bien, Alegría. Pero recuerda, la vida es corta y las oportunidades no siempre regresan. Si cambias de opinión, aquí estaré."
Alegría asiente rápidamente y se aleja, sintiendo un alivio momentáneo al dejar atrás a Ragatha. Sin embargo, una parte de ella no puede evitar preguntarse qué habría pasado si hubiera decidido quedado
con Ragatha. La curiosidad la atormenta mientras camina, pero rápidamente se sacude esos pensamientos. "No, no, no", se repite a sí misma. "No puedo dejar que la intriga me atrape. Eso no es lo que quiero."
Mientras se aleja, el eco de la risa de Ragatha resuena en su mente. La imagen de su sonrisa inquietante persiste, y Alegría se da cuenta de que no solo se siente aliviada, sino también un poco decepcionada. "¿Por qué me siento así?", se pregunta. "No debería haber nada atractivo en esa situación."
Decide distraerse y se dirige a una cafetería cercana. Al entrar, el aroma del café recién hecho la envuelve, y se siente un poco más tranquila. Se sienta en una mesa en la esquina, tratando de olvidar el encuentro extraño. Pero la imagen de Ragatha sigue acechando en su mente.
Mientras toma un sorbo de su café, su teléfono vibra. Es un mensaje de texto de una amiga: "¿Qué tal tu día? ¿Te gustaría salir más tarde?" Alegría sonríe, agradecida por la oferta. "Sí, eso suena perfecto", responde rápidamente.
Sin embargo, justo cuando está a punto de dejar atrás el encuentro con Ragatha, su teléfono recibe otra notificación. Es un mensaje de Ragatha: "Espero que no te hayas olvidado de nuestra conversación. La vida es más emocionante cuando te atreves a explorar."
Alegría siente un escalofrío recorrer su espalda nuevamente. "¿Por qué no puede dejarme en paz?", murmura para sí misma. Pero, a pesar de su incomodidad, una pequeña chispa de curiosidad se enciende en su interior. "¿Qué querrá realmente?", se pregunta.
Decide que no puede dejar que el miedo la controle. "Tal vez debería enfrentar esto de una vez por todas", piensa. Con una mezcla de nerviosismo y determinación, responde al mensaje: "¿Dónde te encuentro?"
La respuesta llega casi de inmediato: "En el parque, a las 7. Te prometo que será divertido."
Alegría mira por la ventana de la cafetería, sintiendo el peso de su decisión. "Esto es una locura", se dice a sí misma, pero una parte de ella está emocionada por lo desconocido. "Quizás solo sea una conversación más. Quizás no sea tan aterrador."
Con el corazón latiendo con fuerza, se prepara para lo que podría ser una noche inolvidable, ya sea por las razones correctas o por las equivocadas. La vida, después de todo, está llena de sorpresas.