Murder Sans... Como fue en diciembre?
Murder Sans se toca la barbilla pensando.
La imagen cambia en el mes del año pasado Noche Buena. Se escuchaba Carol Of The Bells pero su melodía era aterradora.
Sans está acostado sin importar que la nieve caiga y cubra su ropa.
El fantasma de Papyrus se acerca a Sans y dice.
Papyrus: Vamos Sans, aunque detestes la festividad, podemos hacer algo increíble!
Murder Sans con una expresión de desprecio dice: La navidad es un día hipócrita, todo según es "perdonado" todos fingen sonrisas y se dan regalos. Se comportan como niños buenos por solo 1 día para que al final, todo siga igual.
Papyrus: Sans, no todas las personas son así, nosotros podemos ser diferentes.
Murder Sans frunce el ceño, su mirada se endurece mientras observa a su hermano. La nieve sigue cayendo, cubriendo el paisaje con un manto blanco que contrasta con su oscuro estado de ánimo.
Murder Sans: ¿Diferentes? ¿De qué sirve ser diferente si el mundo sigue girando en su hipocresía? La gente se olvida de lo que realmente importa.
Papyrus, con su entusiasmo inquebrantable, da un paso adelante, su esqueleto brillando con una luz cálida a pesar del frío.
Papyrus: ¡Pero eso no significa que no podamos intentar hacer algo bueno! ¡Podemos dar alegría a quienes nos rodean! ¡Hacer que este día sea especial para aquellos que realmente lo necesitan!
Murder Sans se sienta, cruzando los brazos, su expresión se suaviza un poco, pero aún hay desdén en su voz.
Murder Sans: ¿Y qué hay de nosotros? ¿Qué ganamos con eso? La alegría es efímera, Papyrus.
Papyrus: ¡La alegría puede ser efímera, pero eso no significa que no valga la pena! Cada sonrisa que podamos crear, cada momento que compartamos, eso es lo que realmente cuenta.
Murder Sans mira a su hermano, la chispa de esperanza en los ojos de Papyrus es contagiosa, aunque él intenta resistirse.
Murder Sans: Supongamos que te escucho. ¿Qué tienes en mente, hermano?
Papyrus sonríe ampliamente, su energía parece iluminar el ambiente helado.
Papyrus: ¡Podemos hacer una fiesta! Invitar a nuestros amigos, preparar comida, jugar juegos... ¡Y tal vez incluso hacer un intercambio de regalos!
Murder Sans se ríe sarcásticamente, pero hay un atisbo de curiosidad en su voz.
Murder Sans: ¿Y qué harías tú, Papyrus? ¿Cocinar?
Papyrus: ¡Exactamente! ¡Y tú podrías ayudarme! ¡Podríamos hacer galletas!
Murder Sans se queda en silencio, contemplando la idea. La imagen de su hermano feliz, rodeado de amigos, comienza a desdibujar un poco su desdén.
Murder Sans: Galletas, eh...
Papyrus: ¡Sí! ¡Y si no te gusta la Navidad, al menos podrías disfrutar de la comida!
Murder Sans suelta un suspiro resignado, pero una pequeña sonrisa se asoma en su rostro.
Murder Sans: Está bien, Papyrus. Pero solo porque me gustan las galletas.
Papyrus: ¡Eso es! ¡Vamos a hacer que esta Navidad sea diferente!
La escena se desvanece mientras los dos hermanos se preparan para enfrentar la festividad, dejando atrás la frialdad del pasado y abriendo la puerta a nuevas posibilidades.