Alegría Malvada se topa con el mismo Lucifer.
Alegría se le pone la piel erizada y empieza a temblar. Pues vio al mismo satanás en persona y sabe que él tiene un poder incalculable más poderoso que el de ella.
Alegría con las piernas temblorosas se retira.
Lucifer: Excelente decisión emoción insignificante!
Alegría gruñe de furia y a la vez se siente humillada.
La fantasma de Desagrado con desprecio y humillación dice: No podemos desafiar a un ser más poderoso que él
Alegría Malvada, con el corazón latiendo desbocado, se da la vuelta, pero no puede evitar lanzar una mirada desafiante hacia Lucifer. La figura del demonio, envuelta en sombras y con una sonrisa burlona, parece disfrutar de su temor.
Lucifer: ¿Te vas tan pronto, Alegría? Pensé que te gustaba jugar con fuego.
La voz de Lucifer resuena en el aire, como un eco que se adentra en su mente. Alegría siente que su furia se mezcla con la humillación, pero también con una chispa de desafío.
Alegría: No tengo miedo de ti, Lucifer. Solo... no estoy lista para perderme en tus llamas.
Desagrado, la fantasma que siempre había estado a su lado, se acerca, su presencia fría y opresiva.
Desagrado: No te engañes, Alegría. Él es un maestro en el arte de la manipulación. No podemos enfrentarlo.
Alegría, sintiendo la presión de la voz de Desagrado, se detiene. Pero en su interior, una pequeña llama de rebeldía comienza a arder.
Alegría: Tal vez no hoy, pero no siempre seré débil.
Lucifer, divertido, se acerca un paso más, su mirada penetrante como un rayo.
Lucifer: ¿Y qué harás, pequeña? ¿Te unirás a mí o seguirás siendo una sombra de lo que podrías ser?
La tentación es palpable, y Alegría siente que su orgullo se enfrenta a su miedo.
Alegría: No necesito unirme a ti para ser poderosa.
Desagrado, con un susurro lleno de desdén, responde: ¿Y qué poder tienes, si no puedes desafiar a quien te aterra?
Alegría, sintiendo la presión de ambas fuerzas, se da cuenta de que debe tomar una decisión. La lucha entre su deseo de poder y su miedo a Lucifer se intensifica.
Alegría: Quizás no hoy, pero algún día, Lucifer, te demostraré que no soy solo una emoción insignificante.
Lucifer sonríe, un brillo de interés en sus ojos.
Lucifer: Estaré esperando, Alegría. La oscuridad siempre tiene espacio para aquellos que se atreven a desafiarla.
Con esas palabras resonando en su mente, Alegría se aleja, su determinación creciendo con cada paso. La batalla no ha hecho más que comenzar.