El Charro Negro observa con curiosidad y desdén la patética pelea de Intensamente contra Baldi's Basic's, Slenderman, TADC Y FNAF. Una sonrisa malévola se forma en su rostro, pero luego se va.
El Charro Negro, con su sombrero de ala ancha y su traje oscuro, se reclina en la sombra de un árbol, observando la escena caótica que se desarrolla ante él. Intensamente, con su energía desbordante, intenta motivar a sus aliados, mientras que Baldi, con su regla en mano, busca imponer orden en medio del descontrol. Slenderman, silencioso y enigmático, se mueve entre las sombras, observando a todos con su mirada penetrante.
TADC (The Amazing Digital Circus) aporta un toque de locura y color, mientras que los animatronics de FNAF (Five Nights at Freddy's) acechan en la oscuridad, listos para atacar en cualquier momento. La pelea es un torbellino de gritos, risas y sustos, pero para El Charro Negro, todo esto es un espectáculo digno de ver.
Su sonrisa malévola se asoma cuando imagina cómo podría manipular la situación a su favor. Sin embargo, esa sonrisa se desvanece al darse cuenta de que, a pesar de su poder y astucia, hay algo en la lucha que le resulta intrigante. Quizás es la camaradería entre los personajes, o la forma en que cada uno lucha por lo que cree correcto.
Con un suspiro, El Charro Negro se levanta de su posición, decidido a intervenir. No para detener la pelea, sino para añadir un poco de su propia magia oscura al caos. Con un movimiento de su mano, invoca sombras que comienzan a danzar alrededor de los combatientes, creando confusión y desasosiego. La batalla, que ya era caótica, se transforma en un verdadero espectáculo de luces y sombras, donde cada personaje debe enfrentarse no solo a sus oponentes, sino también a sus propios miedos.
"Que comience el verdadero juego", murmura El Charro Negro, mientras observa con satisfacción el desenlace de su intervención.