Zeno Sama se topa con Evil Jax que tiene a Pomni dormida en sus hombros y ronroneando.
Jax: No te tengo miedo Zeno.
Zeno Sama: Eso quiere decir que quieres morir, si? Y si es así, con mucho gusto lo hago.
Jax se encoge de hombros: Adelante, hazlo. No tengo miedo de morir. No lograrás nada con eso. Aunque me mates, volveré en un abrir y cerrar de ojos
Zeno Sama frunce el ceño, su mirada fija en Jax y en Pomni, que duerme plácidamente en sus hombros. La tensión en el aire es palpable, y el brillo de la determinación en los ojos de Zeno se intensifica.
Zeno Sama: ¿Crees que la muerte es solo un juego? No entiendes lo que está en juego aquí. No se trata solo de ti, sino de lo que representas.
Jax sonríe con desdén, acariciando suavemente el cabello de Pomni mientras ella sigue dormida.
Jax: ¿Y qué es lo que represento, Zeno? ¿Un obstáculo en tu camino? ¿Un villano en tu historia? No soy más que un eco de lo que ya has enfrentado.
Zeno da un paso adelante, su voz se vuelve más grave.
Zeno Sama: Eres un eco, sí, pero uno que puede causar estragos. Pomni no es solo una víctima; es un símbolo de esperanza. Si te la quito, ¿qué te quedará?
Jax se ríe, una risa fría y calculadora.
Jax: ¿Esperanza? ¿De verdad crees que eso es suficiente para detenerme? La esperanza es un concepto frágil, Zeno. Y yo me alimento de la desesperación.
Zeno Sama: Entonces, tendré que demostrarte que la esperanza es más fuerte de lo que piensas.
Con un movimiento rápido, Zeno se lanza hacia Jax, pero este se aparta con agilidad, manteniendo a Pomni a salvo.
Jax: ¿Vas a pelear por ella? ¿Por alguien que ni siquiera sabe que estás aquí?
Zeno se detiene, su mirada se suaviza por un momento.
Zeno Sama: No solo peleo por ella. Peleo por todos los que han perdido la fe. Y no permitiré que tú los arruines.
Jax se encoge de hombros de nuevo, pero su expresión se vuelve más seria.
Jax: Entonces, ven. Demuéstrame que la esperanza puede vencer a la desesperación. Pero recuerda, Zeno, cada golpe que me des, solo me hará más fuerte.
Zeno Sama asiente, preparándose para la batalla, mientras el viento sopla entre ellos, llevando consigo la tensión de un enfrentamiento inevitable.