Cuando Ber recibe el beso de Marcarita, para limpiarse los labios finge que Varmouth está ahí.
Ber: Varmouth! Como estás?
Marcarita no voltea.
Ber: Mira, te está llamando Varmoth!
Marcarita sigue viendo a Ber con una sonrisa juguetona.
Ber: Varmouth seguro quiere hablar contigo.
Marcarita: No, no voy a caer en tu trampa, Ber.
Ber: Pero ahí está Varmouth en serio.
Marcarita: Tú crees que no me doy cuenta que si yo te beso en los labios, me dices eso para que cuando volteé, te limpies los labios?
Ber se da cuenta que Marcarita ya lo descubrió y lo que hace.
Ber se ríe nerviosamente, sintiéndose atrapado.
Ber: ¡Ay, no puedes ser tan lista!
Marcarita: Lo soy, y tú deberías saberlo.
Ber: Bueno, tal vez un poco de trampa no hace daño, ¿verdad?
Marcarita: Depende de la trampa.
Ber: ¿Y si te prometo que Varmouth tiene algo importante que decirte?
Marcarita lo mira con escepticismo, pero su sonrisa no se desvanece.
Marcarita: ¿De verdad? ¿Qué podría ser tan importante?
Ber, viendo la oportunidad, decide improvisar.
Ber: ¡Sí! Varmouth dice que... que deberías dejar de dudar de mí y darme otro beso.
Marcarita se ríe, cruzando los brazos.
Marcarita: ¿Y tú crees que voy a caer en eso?
Ber: Solo estoy repitiendo lo que dice Varmouth.
Marcarita: Entonces, ¿qué tal si le digo a Varmouth que se quede callado y me beses tú de verdad?
Ber se queda en silencio, sorprendido por su respuesta.
Ber: ¿Eso significa que...?
Marcarita se acerca un poco más, con una mirada traviesa.
Marcarita: Eso significa que no necesito a Varmouth para saber lo que quiero.
Ber sonríe, sintiendo que ha ganado la batalla.
Ber: Entonces, ¿qué estás esperando?
Marcarita se ríe y, sin pensarlo más, se acerca y le da un beso a Ber, esta vez sin ninguna trampa de