Mientras Murder Sans escucha lo de su hermano papyrus y el chavo toda su infancia. Recuerda una canción. "Buenas noches vecindad". Que empieza a sonar
La sonrisa débil de Murder Sans se ensancha aún más.
Murder Sans: "Buenas noches mis amigos, buenas noches vecindad..." Llora. Tienes razón Papyrus, al final, ese programa nos sacaba una gran sonrisa
Murder Sans se queda en silencio por un momento, dejando que los recuerdos fluyan. La melodía de la canción resuena en su mente, trayendo consigo imágenes de risas, travesuras y momentos compartidos con su hermano Papyrus.
Murder Sans: "Recuerdo cuando nos sentábamos juntos frente al televisor, riendo a carcajadas con las locuras de ese chavo. A veces, parecía que todo lo malo se desvanecía por un rato. Era nuestro pequeño refugio."
Las lágrimas caen por su rostro esquelético, pero hay una chispa de alegría en sus ojos.
Murder Sans: "Papyrus, aunque las cosas no siempre salieron como esperábamos, esos momentos son los que realmente importan. La risa, la amistad... eso es lo que nos hace seguir adelante."
Con un suspiro profundo, Murder Sans se seca las lágrimas y sonríe, recordando la esencia de lo que significa ser parte de una familia, incluso en los momentos más oscuros.
Murder Sans: "Así que, aunque el mundo sea un lugar complicado, siempre llevaré esos recuerdos en mi corazón. Buenas noches, mis amigos... buenas noches, vecindad."
Y mientras la canción continúa sonando, Murder Sans se siente un poco más ligero, como si la música pudiera sanar las heridas del pasado.