Alegría Malvada se topa con Alastor.
Alastor: Alegría! Como que tu versión más... Peculiar con un comportamiento más agresivo y manipulable es interesante.
Alegría Malvada: Interesante dices? Y un demonio como tú que me va a ofrecer a cambio?
Alastor: Oh, querida Alegría, no subestimes el poder de la manipulación. Puedo ofrecerte algo que pocos pueden: la oportunidad de jugar con las emociones de los demás. Imagina un mundo donde tus deseos más oscuros se conviertan en realidad, donde puedas sembrar el caos y la desesperación a tu antojo.
Alegría Malvada: ¿Y qué hay de tu precio, Alastor? Siempre hay un precio que pagar en este juego.
Alastor: Ah, siempre tan astuta. El precio es simple: tu lealtad y un poco de tu esencia. Pero piensa en lo que ganarás a cambio. Juntos podríamos crear un espectáculo que haría temblar a los mismos cimientos del inframundo.
Alegría Malvada: Hmm, un espectáculo, dices. Suena tentador, pero ¿qué me garantiza que no seré solo otra pieza en tu juego?
Alastor: Porque, querida, en este juego, tú serías la estrella. Yo solo proporcionaría el escenario y la música. La verdadera diversión vendría de ti. ¿Te atreves a bailar al son de la locura?