Evil Cody entra a su agencia de misterios abandonada. Observa todo cubierto de musgo y hongos como si fuera un jardín.
Cody: No ha cambiado nada y es igual como la recuerdo, solo que cubierta de mucho musgo, polvo, hongos y está completamente húmedo.
El fantasma de Obama sonríe y dice: Vez? Es igual como cuando entré a tu agencia de misterios ese día que te hablé de la isla misteriosa.
Cody con nostalgia: Sí... si lo recuerdo.
Cody se acerca a una de las viejas mesas, cubierta de una gruesa capa de polvo, y acaricia la superficie con la yema de los dedos, dejando una estela visible en el polvo.
Cody: Aquel día cambió todo. Nunca imaginé que la isla misteriosa nos llevaría a tantas aventuras.
El fantasma de Obama asiente, su figura etérea brillando tenuemente en la penumbra.
Fantasma de Obama: La curiosidad es un poderoso motor, Cody. A veces, lo que parece abandonado guarda secretos que esperan ser descubiertos.
Cody se vuelve hacia el fantasma, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y melancolía.
Cody: ¿Crees que aún hay algo por descubrir aquí? Este lugar ha estado olvidado por tanto tiempo...
El fantasma de Obama se ríe suavemente, un sonido que resuena como un eco en la habitación.
Fantasma de Obama: La historia nunca se olvida del todo. Cada rincón de este lugar tiene una historia que contar. Quizás sea hora de desempolvar esos misterios.
Cody se siente inspirado, su mente comenzando a girar con ideas. Se dirige hacia una estantería llena de viejos archivos y documentos.
Cody: Tal vez haya pistas que nos lleven de nuevo a la isla. O incluso a otros lugares que no hemos explorado.
El fantasma de Obama se acerca, su presencia iluminando la habitación oscura.
Fantasma de Obama: Recuerda, Cody, la clave está en la observación. A veces, lo que parece insignificante puede ser el hilo que te lleve a la verdad.
Cody asiente, decidido. Comienza a revisar los documentos, su corazón latiendo con fuerza ante la posibilidad de nuevas aventuras.
Cody: Vamos a descubrir qué secretos guarda este lugar. La isla misteriosa no será la última de nuestras historias.
El fantasma de Obama sonríe, y juntos, en medio del musgo y los hongos, comienzan a desenterrar los misterios que han permanecido ocultos por demasiado tiempo.