Alegría Malvada se topa con dios.
Alegría se siente incómoda al estar cerca de un ser supremo. Alegría se da media vuelta y decide retirarse.
Dios: Alegría, como tu nombre bien lo dice, eres felicidad. La maldad no es tu camino, no debiste escogerlo. Tu optimismo es lo que te hace feliz.
Alegría voltea. Le daban ganas de mirarlo ferozmente, desafío, gruñirle, hacerle muecas que a dios no le agrada. Pero sabe que está en el cielo y no está permitido hacer eso.
Alegría: Lo sé, pero que sabes tú de felicidad? La maldad me atrapó y no puedo hacer nada para detenerlo.
La fantasma de Desagrado aparece y dice: Alegría, Dios no está aquí para que cambies. Eso ya lo decides tú. Dios solo te está haciendo ver que la felicidad no siempre será el camino correcto, siempre hay emociones que tengan que controlar a alguien, no simplemente la felicidad.
Recuerda que antes de elegir este camino, tú creías en dios. Incluso con tu optimismo nos decías a todos que seamos felices a nuestra manera. Aunque tengo un carácter de engreída, al menos me hiciste ver como soy.
Alegría: Desagrado, eso es obsoleto. Solo soy una monstruo. Dios es el verdadero optimista y la bondad. Mientras que yo veo la Alegría en la oscuridad profunda
y en la maldad que me rodea. He encontrado un extraño consuelo en el caos, en la risa que brota de la desesperación. No puedo simplemente ignorar lo que soy ahora.
Dios: Pero Alegría, la verdadera felicidad no se encuentra en la oscuridad, sino en la luz que brilla a pesar de ella. La maldad puede ofrecerte un refugio temporal, pero no te llenará el alma. La felicidad genuina proviene de la aceptación, del amor y de la conexión con los demás.
Alegría: ¿Y qué sabes tú de la oscuridad? ¿Qué sabes de la lucha diaria por encontrar un rayo de luz en medio de la tormenta? La felicidad que ofreces suena hermosa, pero es un lujo que no todos pueden permitirse.
Desagrado: Alegría, no se trata de ignorar la oscuridad, sino de encontrar un equilibrio. La vida está hecha de matices, y aunque la maldad puede ser seductora, no define quién eres. Recuerda que incluso en los momentos más oscuros, hay destellos de luz que pueden guiarte.
Alegría: (suspira) Tal vez tengan razón. Pero, ¿cómo puedo volver a ser quien era? La maldad me ha marcado, y cada vez que intento dar un paso hacia la luz, algo me arrastra de nuevo a la sombra.
Dios: El primer paso es aceptar tu dualidad. No eres solo maldad ni solo alegría; eres un ser complejo, con la capacidad de elegir. La felicidad no es la ausencia de dolor, sino la habilidad de encontrar significado en medio de él. Permítete sentir, permítete sanar.
Desagrado: Y recuerda, Alegría, que no estás sola en esto. Todos luchamos con nuestras propias sombras. La clave está en encontrar la fuerza para levantarte y buscar la luz, incluso cuando parece inalcanzable.
Alegría: (mirando a Dios y a Desagrado) Quizás tengo que dejar de huir. Tal vez, en lugar de rechazar mi pasado, deba abrazarlo y aprender de él. Quizás la verdadera alegría resida en la aceptación de todas mis facetas.
Dios: Exactamente. La felicidad no es un destino, sino un viaje. Y en ese viaje, cada experiencia, cada emoción, tiene su lugar. Permítete ser quien eres, y en ese proceso, redescubrirás la alegría que siempre ha estado dentro de ti.
Alegría: (con una leve sonrisa) Quizás sea hora de dar ese primer paso. No prometo que será fácil, pero estoy dispuesta a intentarlo. Después de todo, la vida es un lienzo en blanco, y yo tengo el pincel en mis manos.