Dustbelief Afrodita le preguntan porque se volvió así.
Afrodita: Mi hermana quería matarme y por supuesto, me convertí en esto yo también para defender a todos de ese monstruo... Maté para obtener el mismo DEF Y ATK que ella tenía.
La fantasma de Evil Casandra aparece y le dice a su hermana.
Casandra: Claro, ahora solo me toca ver como matas a todos. Eso sería un gran festín. Por supuesto, tengo que ver como peleas contra ese monstruo. Así vengarías a papá, mamá y a Andferd.
Afrodita se quedó en silencio por un momento, sintiendo el peso de las palabras de su hermana. La sombra de su pasado la perseguía, y la presencia de Casandra solo intensificaba su tormento.
Afrodita: No lo haré por ti, Casandra. No lo haré por venganza. Lo haré para proteger a los que aún quedan, para que no sufran lo que nosotros sufrimos.
Casandra soltó una risa fría, como un eco en la oscuridad.
Casandra: ¿Proteger? ¿Y qué hay de ti? Te has convertido en lo que juraste destruir. La venganza es un camino seductor, hermana. Te consume, te transforma.
Afrodita apretó los puños, sintiendo la energía oscura que corría por sus venas.
Afrodita: No soy como tú. No me dejaré arrastrar por la oscuridad. He tomado este poder para luchar, no para destruir sin razón.
Casandra se acercó, su figura etérea brillando con una luz tenue.
Casandra: Pero ya lo has hecho. Cada vida que quitas, cada golpe que das, te acerca más a mí. ¿No lo ves? La línea entre el héroe y el monstruo es más delgada de lo que crees.
Afrodita sintió una punzada de duda, pero la recordó a su familia, a los que había perdido.
Afrodita: No puedo dejar que su sacrificio sea en vano. Lucharé contra el monstruo que amenaza a este mundo, y no me detendré.
Casandra sonrió, una expresión que mezclaba orgullo y desdén.
Casandra: Entonces, adelante. Demuestra que eres más fuerte que yo. Pero recuerda, hermana, que la oscuridad siempre está al acecho.
Con un último susurro, la fantasma se desvaneció, dejando a Afrodita sola con sus pensamientos. Sabía que el camino que había elegido era peligroso, pero estaba decidida a enfrentarlo. La lucha por la redención había comenzado, y no se detendría hasta que el monstruo cayera.