Aliza de Horrortale al oír a Terry decir feliz navidad y proponer celebrarla, se da la vuelta con un tono de inquietud, confusión y desafío. Los demás miran a Terry con desprecio indicando que no apoyan su idea de celebrar la navidad
Aliza de Horrortale frunció el ceño al escuchar a Terry pronunciar esas palabras. La atmósfera se tornó tensa, y un escalofrío recorrió su espalda. La idea de celebrar la Navidad en un mundo donde la desesperanza y el horror reinaban era, para ella, una locura. Se dio la vuelta lentamente, sus ojos oscuros fijos en Terry, desafiándolo con su mirada.
—¿Feliz Navidad? —repitió, su voz cargada de incredulidad—. ¿De verdad crees que hay algo que celebrar aquí?
Los demás, al escuchar la propuesta de Terry, intercambiaron miradas de desaprobación. Algunos se cruzaron de brazos, otros sacudieron la cabeza con desdén. La atmósfera se volvió aún más pesada, como si el aire mismo se resistiera a aceptar la idea de alegría en medio de tanto sufrimiento.
—No necesitamos una festividad que nos recuerde lo que hemos perdido —dijo uno de ellos, con un tono cortante—. La Navidad es para los que tienen esperanza, y aquí no hay lugar para eso.
Aliza se acercó un paso más a Terry, su voz ahora un susurro amenazante.
—¿Qué te hace pensar que podemos celebrar algo? ¿Acaso no ves lo que nos rodea? La Navidad es un lujo que no podemos permitirnos.
El desafío en su mirada era claro: no solo cuestionaba la idea de Terry, sino que también lo retaba a enfrentar la cruda realidad de su mundo. La tensión en el aire era palpable, y todos esperaban la respuesta de Terry, preguntándose si tendría el valor de seguir adelante con su propuesta o si se rendiría ante la dura verdad que todos conocían.