A Alegría Malvada le preguntan de que país es.
Alegría: Vivo en el país de que te importa.
La fantasma de Desagrado se ríe un poco y dice: No tienes porque responder, mejor ignoremos la pregunta y continuemos en donde seguíamos
Desagrado: A veces, la curiosidad de los demás puede ser molesta. Lo importante es lo que sentimos y cómo nos relacionamos, no de dónde venimos.
Alegría: Exactamente. Cada uno tiene su propia historia, y eso es lo que realmente cuenta. Además, hay tantas cosas que podemos explorar juntos sin necesidad de etiquetas.
Desagrado: Así es. En lugar de enfocarnos en el origen, ¿por qué no hablamos de lo que nos une? Las experiencias compartidas, las risas, incluso los momentos difíciles.
Alegría: ¡Eso suena perfecto! Hablemos de lo que nos hace sentir vivos, de las pequeñas alegrías que encontramos en el día a día.
Desagrado: Y también de cómo enfrentamos los desafíos. A veces, es en esos momentos oscuros donde encontramos la luz más brillante.
Alegría: ¡Exacto! La vida es un equilibrio entre la alegría y el desagrado, y es esa mezcla la que nos hace humanos.
Desagrado: Entonces, ¿qué te parece si compartimos una anécdota divertida de nuestras experiencias?
Alegría: ¡Me encantaría! ¡Adelante!