Mientras Evil Jax va caminando, escucha una voz de bruja diciendo.
Eres tú satanás? Luego suelta una risa siniestra que dura 5 segundos.
Evil Jax con una sonrisa burlona dice: Satanás? Yo soy más que el mismo lucifer
La risa de la bruja resonó en el aire, un eco escalofriante que parecía retumbar en las sombras. Evil Jax, con su mirada desafiante y su sonrisa burlona, se detuvo en seco. La oscuridad a su alrededor parecía cobrar vida, como si las mismas sombras se inclinaran ante su presencia.
—Satanás? —repitió, su voz cargada de desdén—. Yo soy más que el mismo Lucifer. Soy el caos encarnado, el terror que acecha en cada rincón de la noche.
La bruja, oculta entre las sombras, se rió de nuevo, esta vez con un tono más juguetón, como si disfrutara del desafío.
—¿Más que Lucifer? —preguntó, su voz suave pero cargada de malicia—. Muchos han intentado superar al Príncipe de las Tinieblas, pero pocos han sobrevivido para contarlo.
Evil Jax dio un paso adelante, su figura imponente iluminada por un rayo de luna que se filtraba entre las nubes.
—No necesito sobrevivir para contar mi historia —respondió, su voz resonando con una confianza inquebrantable—. Soy el que trae la tormenta, el que siembra el miedo en los corazones de los débiles.
La bruja, intrigada, emergió de las sombras, revelando su figura esbelta y sus ojos brillantes como dos carbones encendidos.
—Entonces, ¿qué es lo que deseas, Jax? —preguntó, su tono ahora más serio—. ¿Acaso buscas poder, venganza, o simplemente un juego más en este tablero de almas?
Evil Jax sonrió, una sonrisa que prometía tanto peligro como diversión.
—Busco lo que siempre he buscado: el dominio absoluto. Y tú, querida bruja, podrías ser una aliada valiosa... o un obstáculo en mi camino.
La bruja inclinó la cabeza, evaluando al oscuro ser que tenía frente a ella.
—Interesante propuesta. Pero recuerda, el poder tiene un precio, y el juego de las almas es más complicado de lo que parece.
Evil Jax se cruzó de brazos, su mirada fija en ella.
—Estoy dispuesto a pagar cualquier precio. Después de todo, el verdadero poder no se regala; se conquista.
La risa de la bruja resonó de nuevo, esta vez con un matiz de admiración.
—Entonces, que comience el juego, Evil Jax. Pero ten cuidado, porque en este mundo, incluso los más poderosos pueden caer.
Y así, en la penumbra de la noche, dos fuerzas oscuras se encontraron, listas para desatar un caos que resonaría en los anales de la historia.