Vegeta se topa con el mismo lucifer.
Vegeta se da cuenta que el diablo aunque no pueda vencer a alguien por orden de dios, sabe que Lucifer tiene un poder inmenso más superior (Aunque no puede desafiar a dios) nadie poderoso puede. Vegeta decide marcharse.
Lucifer: Excelente decisión príncipe! Muy buena elección!
Vegeta se enfurece y se siente humillado, pero sabe que Lucifer nadie puede vencerlo
Vegeta se encontraba en un paisaje desolado, con el cielo oscurecido por nubes ominosas. La presencia de Lucifer era palpable, una energía que hacía que incluso el más fuerte de los guerreros sintiera un escalofrío recorrer su espalda. El príncipe de los Saiyajin, con su orgullo herido, miraba fijamente a su oponente.
Lucifer: (con una sonrisa burlona) ¿Vas a marcharte, príncipe? Sabía que lo entenderías. No hay necesidad de desafiar a alguien como yo.
Vegeta apretó los puños, su rabia burbujeando en su interior. Sabía que Lucifer era un ser de poder inimaginable, un ángel caído que había abrazado la oscuridad. Aunque no podía desafiar a Dios, su fuerza era tal que pocos podían igualarlo.
Vegeta: (con voz temblorosa de ira) ¡No me subestimes, Lucifer! No me iré sin luchar. No importa cuán poderoso seas, no me rendiré ante ti.
Lucifer: (riéndose suavemente) Oh, Vegeta, tu determinación es admirable, pero no puedes luchar contra lo inevitable. La verdadera fuerza no siempre se mide en poder físico. A veces, es mejor saber cuándo retirarse.
Vegeta sintió cómo la humillación lo consumía. Había enfrentado a enemigos poderosos, había superado límites que muchos consideraban insuperables, pero aquí estaba, frente a un ser que, aunque no podía desafiar a Dios, era un recordatorio de que siempre había algo más grande.
Vegeta: (respirando hondo) No me iré como un cobarde. Si debo enfrentarme a ti, lo haré. No me importa si no puedo ganar. ¡Soy un Saiyajin!
Lucifer: (con una mirada de interés) Esa es la actitud que me gusta. Pero recuerda, a veces la verdadera victoria está en saber cuándo luchar y cuándo retirarse. No todos los combates se ganan con fuerza bruta.
Vegeta, sintiendo la presión de la situación, decidió que no podía dejar que su orgullo lo llevara a la derrota. Con un último vistazo a Lucifer, dio un paso atrás, reconociendo la sabiduría en las palabras del diablo.
Vegeta: (con voz firme) Tal vez tengas razón. Pero esto no es un adiós. Volveré más fuerte, y algún día, te enfrentaré.
Lucifer: (asintiendo) Espero que lo hagas, príncipe. La próxima vez, quizás la historia sea diferente.
Con eso, Vegeta se dio la vuelta y se marchó, su mente llena de determinación. Sabía que había tomado la decisión correcta, pero el fuego de su orgullo seguía ardiendo. Un día, se enfrentaría a Lucifer nuevamente, y esta vez, no se detendría ante nada.