Michael Myers se topa con Miss Heed.
Michael Myers con su expresión fría, anota en su libreta y está escrito así: De manera que fuiste tú la que me grabó lo que yo había hecho verdad? Pues lamentarás haber hecho eso. Eso no te da derecho a meterte con otros que no te han hecho nada y sean malos o no
La atmósfera se tornó tensa en el oscuro callejón donde se encontraron Michael Myers y Miss Heed. La figura imponente de Michael, con su máscara inmutable, contrastaba con la presencia más pequeña y nerviosa de Miss Heed, que sostenía su teléfono con manos temblorosas.
"De manera que fuiste tú la que me grabó lo que yo había hecho, ¿verdad?" dijo Michael, su voz baja y grave resonando en el silencio. Sus ojos, ocultos tras la máscara, parecían perforar el alma de Miss Heed. Ella tragó saliva, sintiendo el peso de su decisión.
"Yo... solo quería que la gente supiera la verdad", balbuceó ella, intentando mantener la calma. "No puedes seguir haciendo esto y quedarte impune".
Michael se acercó un paso, su presencia era abrumadora. "Lamentarás haber hecho eso. Eso no te da derecho a meterte con otros que no te han hecho nada, sean malos o no". Su libreta, donde había anotado sus pensamientos, parecía un recordatorio de su misión, de su propia justicia retorcida.
Miss Heed sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que había cruzado una línea, pero también creía que su grabación podría ayudar a detenerlo. "No estoy aquí para hacerte daño, solo quiero que la gente sepa quién eres realmente", dijo, intentando encontrar su voz.
Michael, sin responder, giró su cabeza ligeramente, como si considerara sus palabras. La tensión en el aire era palpable, y Miss Heed se dio cuenta de que estaba en una encrucijada. ¿Podría convencerlo de que había un camino diferente, o estaba destinada a ser solo otra víctima en su oscuro camino?
El silencio se alargó, y en ese momento, ambos supieron que el destino de Miss Heed pendía de un hilo.