Ber al toparse con Milk suspira.
Ber: Está bien Milk, si eso es lo que quieres, entonces te perdono. (Ber por accidente rompía las cosas en la casa de Gokú y ella furiosa lo regañaba. La madre de Ber siempre tenía que pagar lo que en realidad Ber hacía accidentalmente. Solo por malentendidos y sacarle dinero)
Milk lo miró con una mezcla de sorpresa y alivio.
Milk: ¿De verdad me perdonas, Ber? No quería que esto se convirtiera en un problema.
Ber: Sí, lo entiendo. A veces las cosas se complican y no siempre podemos controlar lo que pasa. Pero, ¿podrías intentar ser un poco más cuidadosa la próxima vez?
Milk asintió, sintiéndose un poco culpable por haber reaccionado de esa manera.
Milk: Lo prometo. No quiero que tu madre tenga que pagar por mis errores.
Ber sonrió, aliviado de que todo hubiera quedado en el pasado.
Ber: Entonces, ¿qué te parece si hacemos algo divertido para olvidar este malentendido?
Milk sonrió de vuelta, sintiendo que la tensión se disipaba.
Milk: ¡Me encantaría! ¿Qué tienes en mente?
Ber: Podríamos ir a buscar a Gokú y hacer una competencia de entrenamiento. ¡Seguro que nos divertimos!
Milk: ¡Eso suena genial! Vamos a buscarlo.
Ambos se dirigieron hacia la casa de Gokú, dejando atrás el malentendido y listos para disfrutar de un día lleno de aventuras.