Pandora de Underfail ataca a Wizard Damus. Pero ella al ver que no muere molesta le dice ¿Por qué no te mueres? ¡Eres más resistente de lo que pensaba! Pero eso no significa que vaya a dejar de intentarlo.
Wizard Damus al escuchar la pregunta de Pandora se ríe malévolamente y dice Por qué no muero, dices? Porque soy la eternidad... risa malévola
La eternidad me pertenece, mi estimado Damus. Ningún hechizo o artificio puede tocarme. Juguemos con el tiempo, pero yo siempre prevaleceré. risa malévola
Wizard Damus: Oh Pandora! Lo único que haces es aumentar mi diversión! Adelante, vamos a jugar! Solo me diviertes!
Pandora de Underfail sonríe con desdén, sus ojos brillando con una mezcla de desafío y diversión.
Pandora: ¿Divertirte? ¡Oh, querido Damus! No tienes idea de lo que te espera. El tiempo es un juego que yo domino, y aunque creas que eres eterno, incluso la eternidad puede ser desgastada.
Con un movimiento de su mano, invoca un torbellino de energía oscura que comienza a girar a su alrededor.
Pandora: ¿Ves esto? Cada segundo que pasa, tu resistencia se convierte en tu mayor debilidad. Te haré experimentar la desesperación de la eternidad, y cuando finalmente caigas, será un espectáculo digno de recordar.
Wizard Damus observa el torbellino, su risa se convierte en una mueca de interés.
Wizard Damus: ¡Interesante! Pero recuerda, Pandora, la desesperación es un lujo que no puedo permitirme. He vivido mil vidas y he visto mil muertes. ¿Qué más puedes ofrecerme que no haya experimentado ya?
Pandora se acerca, su voz susurrante como un eco en la oscuridad.
Pandora: Te ofrezco un juego de ingenio, Damus. Un desafío que ni siquiera la eternidad puede ignorar. ¿Qué tal si hacemos una apuesta? Si logras sobrevivir a mis pruebas, te dejaré en paz. Pero si fallas... una sonrisa siniestra se dibuja en su rostro ...te convertiré en parte de mi colección de almas.
Wizard Damus se queda en silencio por un momento, considerando la propuesta, antes de soltar una risa estruendosa.
Wizard Damus: ¡Acepto tu desafío, Pandora! Pero ten cuidado, porque la eternidad no se rinde tan fácilmente. ¡Que comience el juego!