Ming Lee se transforma en una panda rojo grande. Pero Gokú, aunque sorprendido, sabe que debe mantener la calma.
Gokú: Esto tiene que ser una broma
Ming Lee, ahora en su forma de panda rojo gigante, se sacude y mira a Gokú con ojos grandes y brillantes. Su pelaje rojo brilla bajo la luz del sol, y aunque su apariencia es imponente, hay una chispa de inocencia en su mirada.
Gokú: sonriendo No puedo creerlo, ¡esto es increíble! Pero, ¿cómo te sientes? ¿Estás bien?
Ming Lee: con una voz suave y un poco confundida No estoy segura... Es como si tuviera mucha energía, pero también me siento un poco asustada.
Gokú: acercándose con calma No te preocupes, Ming. A veces, los cambios pueden ser abrumadores, pero estoy aquí para ayudarte. ¿Quieres intentar controlar esa energía?
Ming Lee asiente, y Gokú le muestra algunas técnicas de respiración y concentración. Mientras tanto, el panda rojo gigante comienza a relajarse, y su forma se vuelve más estable.
Gokú: ¡Eso es! Solo respira hondo y concéntrate. Recuerda, la fuerza viene de dentro.
Ming Lee: con una sonrisa tímida Gracias, Gokú. Nunca pensé que esto podría ser tan... divertido.
Gokú: ¡Exacto! A veces, lo inesperado puede llevarnos a nuevas aventuras. ¿Listos para probar algunas acrobacias?
Ming Lee: entusiasmada ¡Sí! ¡Vamos a hacerlo!
Y así, el panda rojo y el guerrero Saiyajin se lanzan a una serie de saltos y volteretas, riendo y disfrutando de la nueva forma de Ming Lee. La amistad y la diversión prevalecen, incluso en las situaciones más inusuales.