Killer Sans, al ser consultado sobre el Chavo del Ocho, responde con melancolía: "Un buen programa, sí. Me gustaban las tonterías del Chavo, las risas... Recuerdos agradables de un tiempo antes de... bueno, antes de todo esto. Ahora, para mí, sólo existe la muerte. Pero sí, antes, el programa me gustaba mucho." La nostalgia se mezcla con su actual estado, mostrando un contraste entre su pasado y su presente oscuro.
Luego continúa: Pero ahora quiero que la trama cambie; Imaginen el supuesto episodio donde el chavo muere atropellado. O que Quico se esté peleando con un monstruo. Sería genial, no lo crees?
Killer Sans, con su tono melancólico, se adentra en la idea de un episodio alternativo del Chavo del Ocho, donde la realidad se torna oscura y surrealista. "Imagina", dice, "un episodio donde el Chavo, en su eterna búsqueda de un torta de jamón, cruza la calle sin mirar. El sonido de un claxon, un instante fatídico, y... el silencio. La vecindad, en shock, se enfrenta a la pérdida de su niño eterno. La risa se convierte en llanto, y los personajes, atrapados en su propia tristeza, deben encontrar una manera de seguir adelante."
Killer Sans sonríe con ironía. "Y luego está Quico, que, en su desesperación por no perder a su amigo, se enfrenta a un monstruo que representa sus miedos más profundos. Un ser que se alimenta de la tristeza y la nostalgia, que lo obliga a luchar no solo por el Chavo, sino por su propia felicidad. La pelea sería épica, llena de risas y lágrimas, mientras Quico se da cuenta de que la verdadera batalla es aceptar la pérdida y encontrar la manera de recordar a su amigo con alegría."
"Sería un giro inesperado", continúa, "una mezcla de comedia y tragedia, donde los personajes deben confrontar la realidad de la vida y la muerte, pero también la importancia de los recuerdos. Al final, la vecindad se une para celebrar la vida del Chavo, recordando sus travesuras y risas, transformando el dolor en un homenaje lleno de amor."
Killer Sans se queda en silencio por un momento, reflexionando sobre la dualidad de la vida y la muerte, y cómo incluso en la tristeza, siempre hay espacio para la risa y la memoria. "Sí", concluye, "sería genial. Un episodio que nos recordaría que, aunque la vida puede ser dura, siempre hay lugar para la esperanza y la amistad."